Si estás embarazada… ¡Ponte el cinturón de seguridad!

En caso de accidente de tráfico, una embarazada puede sufrir lesiones que lleven a la muerte del futuro bebé. Según informa la Dirección General de Tráfico, el cinturón de seguridad reduce un 50% ese riesgo.  El cinturón de seguridad es el elemento de seguridad pasiva más importante, por lo que además de ser de uso obligatorio por ley desde 1974 (en carretera) y desde 1992 también en zona urbana -tanto en los asientos delanteros como traseros-  hay que ajustárselo adecuada ente.

La DGT subraya que los accidentes de circulación pueden llegar causar la interrupción de entre 200 a 700 embarazos al año durante la gestación, por ello, es necesario recordar que el uso del cinturón de seguridad también es obligatorio durante la gestación, porque es el elemento de prevención más importante cuando se viaja en automóvil.

La regla de oro es abrochárselo y ajustárselo adecuadamente, es decir, ni cruzando el abdomen ni apoyándolo en las mamas. Y nunca seguir  trucos y consejos como ponerse un cojín entre la tripa y el cinturón para que no te oprima. Las consecuencias más graves de un accidente de tráfico para una gestante pueden ir desde fallecimiento al desprendimiento de placenta, hemorragias, aborto, parto prematuro, lesiones fetales, etc.

Y si tienes niños, ¡No olvides montarlos en la sillita!

Pero esta normativa no sólo afecta a los adultos y embarazadas, sino que los menores también deben viajar correctamente sentados en una ‘sillita’ (SRI) adecuada a su talla y peso. Además de ser obligatorio para todos lo ocupantes de una altura inferior a 1,35 metros de altura, los expertos aseguran que el 75% de las muertes infantiles y el 90% de los daños graves que se producen en un accidente de tráfico se podrían evitar si los más pequeños viajaran en su correspondiente sillita.

En este sentido resulta fundamental conocer las características de la sillita que vamos a comprar así como leer las etiquetas de homologación, las reglas para no equivocarse al comprarla y cómo funciona el sistema de anclaje Isofix, entre otros temas.

Cómo crece nuestro peque….

Pocas satisfacciones hay tan grandes para cualquier padre o madre que ver la evolución de sus hijos. Sus primeros pasos, sus gestos, sonrisa…en definitiva, cómo crece. El proceso es muy rápido, fundamentalmente a partir de los seis u ocho meses, cuando parece que cada día están más despiertos extendiendo sus rutinas más allá de dormir, comer o llorar.

Pero si hay una edad en la que parece que llegan con más celeridad esas manifestaciones particulares que nos indican que nuestro peque ya está dejando de serlo, parece que es a los dos años. Cuando nuestro niño pasa de los 24 meses adquiere  nuevas habilidades, crece en independencia, está cada vez más sociable y expresa de forma más llamativa sus  gustos e intereses.

A esta edad los pequeños no sólo son capaces de caminar bien, sino que salen corriendo como balas en cualquier dirección. Por seguridad, es importante tener claro en qué situaciones dejar al niño que corra y vaya suelto o es preferible, por precaución, llevarlo de la mano. Asimismo, no estará de más llevar en el bolso o la cartera unas tiritas, unas toallitas antisépticas y extremar la vigilancia en sitios potencialmente peligrosos.

Otro atributo llamativo que adquieren es la capacidad para pasar de la destrucción masiva de todo lo que ven a construir y formar tirando simplemente de intuición, lógica y el mecanismo de prueba y más prueba.  No es que nuestro hijo haya perdido el gusto por destrozar todo lo que cae en sus manos, sino que está desarrollando nuevas capacidades cognitivas (empezar a distinguir tamaños y formas o a unir varias partes para conseguir un todo) y también capacidades motoras (mejor coordinación mano-ojo o mejor motricidad fina).

Por otro lado, para el desarrollo de estas actividades también es necesaria una capacidad de mantener la atención que hasta ahora no tenía: de hecho, ya es capaz de pasarse un buen rato pieza va, pieza viene, intentando levantar una torre o discurriendo dónde demonios encaja una pieza en un agujero.

De la misma forma, el gusto por experimentarlo todo  de una manera práctica se acentúa, por lo que cada vez tendrá más curiosidad por la comida, los líquidos, materiales, objetos con extrañas formas, los animales…sin olvidar sonidos, olores, colores y sabores. Ahí es cuando debemos estar más atentos para evitar alguna sorpresa desagradable en esta fase de gran curiosidad.

Enséñales a ahorrar

Manejar bien la economía propia y doméstica es el primer paso para ser solvente y eficiente en esta vida. Como ocurre con casi todo, cuanto antes aprendamos a darle valor al dinero y a utilizar los recursos que tenemos, más sencillo será aplicarlo en el futuro. Y un de las claves es el ahorro. Si de niños ya aprendemos a ahorrar,  será más sencillo organizarnos, fijar unos objetivos y cumplirlos.

En este punto, la edad no es un inconveniente, pues hay fórmulas para inculcar a nuestros hijos buenas prácticas. Aquí os dejamos algunos consejos fáciles de aplicar para los padres:

-Familiarizase con el dinero: lo más importante al comienzo es que los niños entren en contacto con el dinero, que lo manipulen y se acostumbren a él, aunque siempre con unas normas y bajo unos límites para que lo hagan con responsabilidad actuando en consecuencia.

-La hucha trasparente: Para que los niños asuman el concepto de ahorro, necesitan visualizarlo para entenderlo e interiorizarlo. Una buena herramienta es utilizar una hucha transparente donde puedan comprobar por ellos mismos  cómo evolucionan sus ahorros.

-Demostrarles que ahorrar es útil y hasta divertido. Los niños necesitan tocar las cosas, usarlas, jugar con ellas. Por eso, y aunque sea dinero, hay que mentalizarles de que esas monedas o billetes de la hucha deben permanecer en su sitio para que vaya creciendo la cantidad. Para ello, y evitar posibles tentaciones, convendría estimularles ofreciendo algún tipo de estímulo o planteándoles un reto al objeto de que tengan siempre una motivación para seguir ahorrando.

-Convertirles en pequeños emprendedores: Si les ayudamos a ser ‘pequeños emprendedores’ estableciendo objetivos y animándoles a que los cumplan será más sencillo que ahorren y disfruten haciéndolo, porque le encontrarán un sentido si consiguen esa recompensa. Se recomienda al principio no ser ambicioso con los objetivos ni en la cantidad ni en la prolongación en el tiempo, aunque posteriormente podremos y hasta deberemos añadir metas y ampliar los periodos de tiempo.

-Predicar con el ejemplo: Los niños tienen por naturaleza, en su proceso de aprendizaje, a repetir e imitar lo que ven. Por consiguiente, si los mayores ahorramos es más fácil que los pequeños también terminen haciéndolo. En ese sentido, fijar objetivos de ahorro familiar es bueno para compartir el ahorro con ellos, haciéndoles al mismo tiempo partícipes de ciertas decisiones importantes. Ejemplo: las vacaciones de verano, regalos de Navidad, juegos, electrónica, planes para el fin de semana…

Recuerda que ahorrar no sólo es meter dinero en una hucha, sino que también implica no malgastar recursos en casa. Así también se pueden inculcar hábitos saludables para las finanzas personales de los pequeños.

-Citas clave: cumpleaños y Navidad. Ambos son momentos ideales para enseñarles a aprovechar las oportunidades existentes (comparar precios y productos, buscar en distintas tiendas, pensar con detenimiento qué es lo que más le interesa según el uso y el precio…). Son periodos fantásticos para trabajar el pensamiento estratégico de la economía personal y familiar.

Carritos de bebé (III): Probar antes que comprar

Como ya hemos comentado en el blog de Xiquets.net, la revista para las familias de La Marina Alta, el cochecito es del  bebé es una de las primeras compras de los futuros padres.

Como en todo lo que afecta a los niños, existe una cantidad inagotable de modelos, opciones y precios. Pero entre tanta información, opciones, consejos, publicidad…conviene no olvidar lo que de verdad necesitamos.

Por ello es muy importante que pruebes diferentes carritos en la misma tienda para elegir el adecuado y no llevarte sorpresas, ya que hablamos de un accesorio necesario y una inversión generalmente costosa que no se suele renovar ni cambiar, a diferencia de otros utensilios.

Aquí tienes una serie de recomendaciones:

-Ábrelo y ciérralo: intenta hacerlo con una sola mano y valora la facilidad del proceso. Ten en cuenta que es un movimiento que tendrás que repetir cientos de veces en los próximos meses.

-Comprueba las ruedas: tienen que moverse en todas las direcciones y bloquearse totalmente al accionar el freno.

-La prueba de la escalera: si en la tienda hay una escalera, súbela y bájala cargando con el carrito. Es la mejor manera de saber a lo que te enfrentarás cuando tengas que afrontar casas sin ascensor o una excursión en metro.

-Examina la silla: comprueba hasta dónde puede reclinarse y con qué facilidad.

-Toma medidas: ¿cuánto ocupará el carrito cuando lo tengas en casa o cuando lo metas en el maletero del coche? ¿Es posible quitar las ruedas para que ocupe menos?

-Carga la cesta portaobjetos: está bajo la silla en la que irá sentado el bebé y allí guardarás la compra o todo lo que te estorbe durante tu paseo. Por eso es importante que compruebes cuánto peso puede aguantar.

Esperemos que con éste y los otros dos artículos que ya hemos colgado en este blog puedas acertar con la elección del carrito. Ahora sólo queda disfrutarlo tú…y sobre todo, tu pequeño.

Educando en valores

Habitualmente se dice que los jóvenes de hoy día carecen cada vez más de valores. Podría ser, posiblemente por la forma y el ritmo de vida que llevamos hoy día, debido al capitalismo y la irrupción de las nuevas tecnologías. Sin embargo, en nuestras manos está el deber y la responsabilidad de inculcárselos desde bien pequeños. Es en casa, en el seno de las familias, con el ejemplo que les podáis dar cada día como padres como se enseñan y transmiten los valores. Aquellos que consideréis más importantes, entre los que seguro están algunos como la educación, la solidaridad, la tolerancia, el respeto, el esfuerzo, etc.

Y es que nos pasamos media vida tratando de explicar a nuestros hijos que tienen que ser buenas personas. Pero también hay que dejarles claro, por ejemplo, que las apariencias engañan a menudo y que, aunque podamos sospechar de la gente pobre, suele pasar que  “los mayores ladrones suelen llevar traje”, aunque no todos. Sirva esta metáfora para enseñarles que no hay que fiarse de las apariencias y tampoco emitir juicios sin conocimiento de causa.

De igual forma coincidiréis en que resulta fundamental explicarles a los niños que la violencia no debería ser nunca un método de resolución de conflictos, pues como personas civilizadas que somos hay que aprender a superar las diferencias buscando el entendimiento y los puntos de encuentro a través de la razón y el diálogo, haciendo gala de tolerancia y de respeto como ejes primordiales para garantizar la convivencia con los demás.

En este punto, al hablar de violencia, se debe hacer hincapié en el respeto por el otro sexto y en la igualdad entre hombres y mujeres. Nadie merece ser infravalorado, menospreciado o humillado por ningún tipo de condición y, en estos tiempos que corren, hay que subrayar que por el sexto, tampoco. Y que no se debe permitir, si es que sucede.  De hecho, hay una regla de oro que se debe hacer comprender a nuestros hijos desde bien pequeños: Nunca le hagas a nadie lo que no quieres que nadie te haga.

Valores hay muchos. Algunos universales, de lógica…pero necesarios de mantener y de transmitir. Y recordar que la educación comienza y acaba en casa, por la familia y los padres.

El asma en los niños ¿Qué sabemos de ella?

A comienzos de este mes de mayo se celebró el Día Mundial del Asma, una patología respiratoria crónica que afecta al 12% de la población infantil en España.  El asma es una de las enfermedades más frecuentes entre los niños,  hasta el punto de que es la enfermedad que provoca más hospitalizaciones y ausencias escolares entre nuestros pequeños.

Sus principales síntomas, como bien sabréis aquellos de vosotros que tengáis niños asmáticos, es la inflamación y obstrucción de los bronquios, es decir, de los conductos por los que circula el aire, impidiendo que el oxígeno llegue correctamente a los pulmones y provocando, por consiguiente, que el niño no pueda respirar y tenga sensación de ahogo. Es lo que se conoce como disnea (o dificultad respiratoria), sibilancias (silbidos en el pecho) y tos.

El diagnóstico precoz es el aspecto en el que más insisten los especialistas, tanto en adultos como en niños. En cuanto a estos últimos, los pediatras consideran esencial realizar una identificación temprana de los síntomas, sobre todo para que la enfermedad no limite la actividad habitual de los niños, especialmente aquella relacionada con el deporte y la actividad física, que tan importante suele ser a estas edades para la formación y crecimiento de los pequeños.

Los médicos insisten en que, para un niño que sufre asma, lo más importante es poder realizar su vida cotidiana, desde ir al colegio hasta descansar por las noches, pasando por hacer deporte o jugar al aire libre. En este sentido subrayan la importancia de tratar la enfermedad para que los síntomas no impidan al pequeño hacer vida normal y produzcan un agravio comparativo, dificultado su desarrollo personal y relacional.

La conciencia y sensibilidad de los padres, de todos vosotros, es esencial para disminuir los síntomas y facilitar a vuestro hijo que pueda llevar una vida absolutamente normal, con las precauciones habituales que pueda aconsejar o prescribir el médico, dependiendo siempre de la patología concreta que presente cada niño.

¿Qué hacer ante un ataque de asma?

Desde Xiquets.net, y siguiendo la recomendación de los especialistas, aconsejamos:

-Mantener la calma.

-Utilizar inmediatamente el inhalador, si es que así se está haciendo habitualmente por prescripción médica.  Y si el médico ha recomendado un medicamento con cortisona, es importante tómalo lo antes posible.

-Sentarse inclinado hacia adelante, posar los antebrazos en los muslos o una mesa y relajar los hombros y la cabeza.

-Respirar lentamente por la nariz, manteniendo la boca cerrada e inflando ligeramente los carrillos.

Cómo proteger la piel de tu bebé

La piel de un bebé es muy sensible y todavía más cuando llegan los días más largos y de mayor radiación ultravioleta. Si nosotros ya nos sofocamos y llegamos a agobiarnos en algunas situaciones, a ellos les pasa lo mismo. Por eso debemos tener en cuenta que hay que evitar exponerlos al sol y el calor en momentos del día con altas temperaturas, y esperar en esos días extremos a que la tarde “refresque” para salir a pasear.

 

Recuerda que no podemos proteger a nuestro bebé con cremas solares antes de los 6 meses, por eso debemos tomar todas las precauciones posibles para resguardarlo del sol. Por ejemplo, salir a pasear con capota, mantener a nuestro bebé a la sombra en las horas centrales del día, ponerle gorrito y sobre todo, evitar que le dé el sol de forma directa. A partir de los 6 meses ya podemos utilizar cremas solares que nos aseguren una buena protección incluso en días nublados, pero no debemos dejar de tomar las medidas que hemos dicho para evitar exponerlo al sol.

 

Recuerda que en los días nublados es cuando más sol se coge. Además, la piel de un bebé no es como la nuestra y enseguida puede quemarse, por eso aconsejan no quitarles la camiseta en la playa o por la calle aunque haga mucho calor. Una buena crema solar, adaptada a su edad –o meses- y al tipo de piel de nuestro bebé es lo más aconsejable en cualquier caso. Lo mejor será preguntar en la farmacia habitual o consultarlo con nuestro pediatra, ellos serán los que mejor te informarán para la mejor protección solar para el bebé.

 

Algunos consejos para cuidar la piel de nuestro bebé:

 

-Hidrata la piel de tu bebé varias veces al día. Es preferible que lo hagas varias veces al día con poca cantidad de producto, a que lo hagas pocas veces y con mucha cantidad. Después del baño es uno de los momentos perfectos.

-Cambiar el pañal de forma frecuente. Lo más aconsejable es utilizar pañales de alta absorción para evitar en la medida de lo posible que el culito del bebé esté húmedo durante mucho tiempo.

-Limpiar al bebé con toallitas o una esponja húmeda. Cuando les cambiamos el pañal debemos fijarnos en que queden bien limpitos.

-Usar crema en pasta o pomada. Así evitaremos que les salgan rojeces o irritaciones cada vez que les cambiamos o a causa de la humedad.

-Usar ropa natural. Debemos ver que la ropa de nuestro bebé sea siempre de tejidos naturales, como el algodón, por ejemplo. Y lavarla siempre con detergente suave, sin suavizantes ni lejía.

Niños hiperactivos

La hiperactividad es una enfermedad cada vez más frecuente en los niños. Afecta fundamentalmente a la capacidad para mantener la atención y controlar los impulsos debido a un exceso de movimiento. Sin embargo, si se aborda desde la infancia es más fácil tratarlo y reducir su incidencia.

 

¿Cómo detectarlo?

Hay ciertos síntomas que delatan esta enfermedad en los pequeños.  En el colegio, por ejemplo, los niños que padecen hiperactividad suelen presentar un bajo rendimiento escolar, a pesar de tener capacidades intelectuales normales o incluso superiores a la media. También son frecuentes los problemas a la hora de relacionarse con otros niños. Todo ello nido al hecho de que no paran de recibir críticas, provocan que su autoestima se resienta, de modo que estos niños suelen tener una percepción bastante negativa de si mismos, según confirman los especialistas.

Los propios médicos recomiendan, en estos casos de hiperactividad, abordar la enfermedad desde una perspectiva multidisciplinar, es decir, tanto neuronal como relacional, implicando en todo momento a los padres, a los que se debe proporcionar la información necesaria. Si no se trata durante la infancia, se corre un serio riesgo de que entre un 60 y un 80% de los niños que la sufren continúen padeciendo esta enfermedad durante la edad adulta.

Y es que con la edad, el componente hiperactivo tiende a disminuir, pero la falta de atención y la impulsividad persisten de modo que, si no se actúa desde edades tempranas, los niños tendrán problemas de adaptabilidad social en la adultez, contrayendo mayor riesgo incluso de presentar conductas de riesgo e incluso adicciones.

Bulling o acoso escolar: un problema del siglo XXI

Por desgracia, el bulling o acoso escolar es un tipo de maltrato psicológico que se ha convertido en tendencia en la actualidad. En España, se estima que un 1,6 por ciento de los niños y jóvenes estudiantes sufren por este fenómeno de manera constante y que un 5,7 por ciento lo vive esporádicamente. Entre los 11 y los 14 años es el momento en el que se producen más casos de bulling.

La falta de respeto, de tolerancia y de educación está detrás de la mayor parte de casos de acoso escolar. Y en nuestros días, el alcance de internet y la presencia de las redes sociales todavía facilitan e incluso motivan a los pequeños para iniciarse en este tipo de comportamientos inadecuados.

Los expertos distinguen varios tipos de Bulling, desde el físico (agresión directa, robos o daños materiales en los objetos personales de la víctima), hasta el verbal, que es el más habitual y sólo deja huella en la víctima, al que se mina la moral a través de constantes humillaciones en público, insultos, motes, menosprecios, propagación de rumores falsos o mensajes telefónicos ofensivos.

Pero también se suele dar el maltrato Psicológico (aquel que se realiza mediante amenazas para provocar miedo u obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer…) o la social, consistente en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima.  En la práctica, los acosadores impiden a la víctima participar, bien ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase.

Cómo luchar contra el acoso escolar

Prevenir el acoso escolar es una labor que los padres deben comenzar en casa, educando en empatía a su hijo, ayudándole a ponerse en el lugar del otro y haciendo comprender al pequeño que es importantísimo que se acepte cómo es, aprendiendo a asumir sus defectos.

¿Cambio de colegio? Lo cierto es que cada niño es un mundo y cada situación puede ser diferente. Si el niño solicita de forma reiterada este cambio de centro, hay que pensarlo y analizarlo detenidamente.

Con independencia del colegio, el niño necesita contar con habilidades socioemocionales, para lo que es importante que los padres cuenten con la ayuda del colegio y en algunos casos de un especialista para que sus hijos sean autónomos, se sientan seguros y asienten unas bases de comportamiento que consigan que el niño se respete y respete a los demás.