Volver a la rutina (II)

Hace pocos días os hablamos en el blog de Xiquets.net, la Guía de las Familias de la Marina, sobre la vuelta de los niños a la rutina tras las vacaciones de verano, incluyendo la vuelta al cole. En este sentido, recordad que aunque las rutinas no son nuevas, no podemos volver al orden establecido de un día para otro. Para sentirse sanos, equilibrados y felices, los niños tienen que estar en consonancia con sus ritmos biológicos.

Nos encontramos con dos hábitos que es importante apuntalar bien: la comida y el sueño. Lo más probable es que durante el verano hayan cambiado, y no solo de horario… también de ritual. Para recuperar la rutina de la comida es importante establecer un ritual bien claro. Por ejemplo: el anuncio de la comida (¡a comer!), lavarse las manos, sentarle en su silla y ponerle su babero, sentarse todos a la vez, no permitir levantarse de la mesa y comer tranquilamente pero sin pausa. Relajados, pasándolo bien… pero respetando nuestras propias reglas.

Es probable que las costumbres también hayan cambiado respecto a la hora de dormir, aunque es menos probable. Y es que dormir también requiere su ritual: ¿baño, pijama, cena, cuento, cama? ¿Con su osito esperándonos en la almohada y el cuento elegido entre ambos? ¿Con música relajante mientras leemos el cuento? Nosotros diseñamos lo que mejor le va a nuestro hijo, pero es importante que todos los días repitamos los mismos pasos, a la misma hora.

La vuelta al cole

Una vez iniciado el curso, todavía podemos disfrutar de un buen clima. Los expertos recomiendan seguir realizando las actividades de parque o piscina durante unos días. No conviene romper de forma brusca con algunas rutinas o costumbres que, pese a ser más habituales en verano, no dejan de ser saludables y convenientes en invierno, siempre y cuando podamos organizar nuestro tiempo y el de nuestros hijos.

Y lo más importante para volver a la rutina y hacer más llevadera la vuelta a la normalidad: Mantener una actitud positiva. Fundamental para contagiar de bueno humor y energía a nuestros hijos y hacerles más llevadera su vuelta al cole, además de propiciar un mejor y más agradable clima en nuestro hogar.

Uniforme escolar: ¿Sí o no?

Una de las eternas discusiones que lleva aparejada la vuelta al cole es la utilización del uniforme escolar. En algunos centros es obligatorio y, en otros muchos, se trata de una norma que ya olvidada. Como en casi todo, podemos encontrar ventajas e inconvenientes al hecho de que nuestros hijos vistan uniforme.

 

Entre los pros, los partidarios defienden que permite ahorrar tiempo y discusiones por la mañana para elegir la ropa de los niños, que ya saben lo que se deben poner cada día e incluso pueden cambiarse solos. Otro de los argumentos de los partidarios del uniforme es que, además de unificar, también da una cierta identidad a los niños. Y para aquellos más preocupados por el bolsillo, el uniforme, tras el desembolso inicial, supone un innegable ahorro económico, además de que puede ser heredado entre hermanos.

 

También es cierto que, guste más o guste menos, suele ser una importante vía para evitar las diferencias en el colegio. En teoría,  el uniforme les hace más iguales, evita a que algunos se sientan inferiores o menos valorados que otros e incluso reduce las burlas y conflictos entre los alumnos,  evitando las comparaciones sobre tipos de prendas o marcas en la ropa de vestir.

 

En el otro lado de la balanza se sitúan aquellos que rechazan la utilización del uniforme. Alegan que suelen ser muy caros y son son difíciles de encontrar en determinadas épocas del año, especialmente en las ciudades más pequeñas, pues la producción sólo se concentra al comienzo del curso escolar.

 

También alegan que el informe suprime la individualidad de los niños, frenando su creatividad y coartando su libertad y la de sus padres.  Sostienen que los niños y jóvenes expresan su personalidad y sentimientos a través de la ropa que llevan y que las escuelas deberían enseñar a los alumnos a pensar en libertad, por lo que obligarles a llevar a todos la misma ropa  no contribuye a este fin. Además, consideran que es una característica propia del pasado o de colegios elitistas que buscan diferenciarse respecto a otros centros.

 

¿Y vosotros? ¿Qué pensáis? Os leemos en el Facebook y en el blog de Xiquets.net: la Guía para las familias de la Marina Alta.

Volver a la rutina. ¿Cómo hacerlo? (I)

Tras el verano, la vuelta a la rutina no es fácil, ni para nosotros ni para el resto de nuestra familia. En el caso de nuestros hijos, hay que ir poco a poco encauzando sus ritmos hacia un horario que podamos compartir con él, y que podamos aplicar todos los días durante los meses fríos.

Durante el periodo estival las horas de dormir, de comer o el tiempo que pasamos juntos ha variado con respecto al invierno. De ahí que necesitemos crear un periodo de adaptación que puede oscilar entre las dos y las tres semanas. Os apuntamos algunas claves durante el mismo:

-Introducir los cambios de uno en uno o de dos en dos, ya que las rutinas no son totalmente nuevas. Como son un «recuerdo», no tardará tanto en integrarlas, pero aún así es importante respetar el tiempo de adaptación a cada cambio. Puede tardar desde un día hasta una semana.

-Anticiparle los cambios: con dos años es pequeño, pero le interesa todo lo que atañe a su vida. Le podemos decir que nos vamos a acostar antes, o levantar más temprano, o que vamos a empezar a ir al cole. Es importante hacerle partícipe del cambio.

-Hacer los cambios de forma progresiva: si en verano se levantaba a las 10 h. no podemos despertarlo a las 7 h. de un día para otro. Deberíamos tomarnos nuestro tiempo: levantarle unos días a las 9 h., otros a las 8 h… para finalmente llegar al objetivo.

En cuanto a las horas de las comidas: ¿Qué orden seguir?

La hora de irse a la cama. Es lo primero que deberíamos cambiar. Para volver a acostarse antes, organizaremos una cansada tarde de actividades, la puerta de entrada a un sueño feliz. Si le acostamos más temprano, también podremos levantarle antes.

La hora de levantarse. Es la consecuencia de la hora a la que acostemos al pequeño. Es importante que sus horas de sueño sean de calidad y que el sueño dure más o menos lo mismo. Nunca menos.

La hora de la comida. Horarios y tiempo de comida, lugar, forma de hacerlo, menú… todo ha podido cambiar durante el verano. La hora de la comida es mejor integrarla directamente, sin transiciones.

La hora de entrar a la guardería. Si el pequeño va a la guardería, es mejor llevarle una semana antes e ir dejándole más horas conforme avanza la semana. Si esta adaptación la podemos realizar en dos semanas será una transición aún más tranquila para el niño.

Horas de sueño

Llega la vuelta al cole y los niños deben de ir adaptándose a los nuevos horarios, pero, ¿cuál es la hora más adecuada para irse a la cama? Nos hemos encontrado este cuadro en la web http://tlvz.com, que por su interés aquí reproducimos.

Según la edad del niño y la hora a la que debería de levantarse, el cuadro nos proporciona la hora recomendable para irse a la cama.