Se acerca la Navidad y, con ella, el mayor periodo de consumismo de todo el año. ¿Sabes quienes son los mayores protagonistas? Sí, así es. Nuestros pequeños se llevan la mayor pare de nuestras compras durante las fiestas navideñas. Regalos, ropa, juguetes…ocupan la nómina de los principales gestos de la família durante esas fechas. Y de ello, los grandes beneficiarios son los ninos. Por algo se dice que La Navidad es para los ninos.
Distintos estudios revelan que alrededor del 80% de los niños reciben como promedio un total de cinco regalos o más durante estas fechas y que la mayoría recibe 10 veces más de lo que necesitan. Sin embargo, cada vez son más los especialistas que afirman que hacerles demasiados regalos a los niños puede resultar contraproducente. De hecho, demasiados obsequios puede dar pie a una sobreestimulación, haciendo que los pequeños no disfruten cada regalo en particular e incluso que ni siquiera les presten atención a algunos de los presentes.
El exceso de regalos puede conducir incluso a una apatía total, provocando que los niños pierdan la ilusión debido a un exceso de estímulos positivos. Asimismo, se ha apreciado que el exceso de regalos puede incidir de manera negativa en su nivel de tolerancia a la frustración haciendo que quieran tener las cosas inmediatamente, sin reparar en el sacrificio que requiere conseguirlas. De hecho, los expertos aseguran que el exceso de obsequios puede restarle valor al sentido del esfuerzo, la generosidad y la austeridad.
Regalos útiles y prácticos
Reiterando todo lo indicado, hay que dejar claro que la solución no radica en hacer que los niños prescindan de los regalos de Navidad sino en obsequiarles menos presentes. Pero, ¿Por dónde cortar? ¿Dónde está límite o podemos poner el freno? La respuesta depende de las características y circunstancias de cada niño, aunque siempre hemos de intentar que sean regalos realmente útiles y que no sean solo flor de un día, sino que puedan ser duraderos y prácticos durante mucho tiempo. Por ello no debemos dejarnos arrastrar por modas pasajeras (es fácil decirlo pero no siempre hacerlo).
Objetos que realmente necesiten (Prendas de vestir, accesorios relacionados con sus aficiones –música, deporte…- o material para el colegio) deben predominar en la lista de regalos, pero también deben combinarse con algunos otros que puedan llenarles de ilusión. Porque la Navidad es ilusión, especialmente para los niños.