Educando en valores

Habitualmente se dice que los jóvenes de hoy día carecen cada vez más de valores. Podría ser, posiblemente por la forma y el ritmo de vida que llevamos hoy día, debido al capitalismo y la irrupción de las nuevas tecnologías. Sin embargo, en nuestras manos está el deber y la responsabilidad de inculcárselos desde bien pequeños. Es en casa, en el seno de las familias, con el ejemplo que les podáis dar cada día como padres como se enseñan y transmiten los valores. Aquellos que consideréis más importantes, entre los que seguro están algunos como la educación, la solidaridad, la tolerancia, el respeto, el esfuerzo, etc.

Y es que nos pasamos media vida tratando de explicar a nuestros hijos que tienen que ser buenas personas. Pero también hay que dejarles claro, por ejemplo, que las apariencias engañan a menudo y que, aunque podamos sospechar de la gente pobre, suele pasar que  “los mayores ladrones suelen llevar traje”, aunque no todos. Sirva esta metáfora para enseñarles que no hay que fiarse de las apariencias y tampoco emitir juicios sin conocimiento de causa.

De igual forma coincidiréis en que resulta fundamental explicarles a los niños que la violencia no debería ser nunca un método de resolución de conflictos, pues como personas civilizadas que somos hay que aprender a superar las diferencias buscando el entendimiento y los puntos de encuentro a través de la razón y el diálogo, haciendo gala de tolerancia y de respeto como ejes primordiales para garantizar la convivencia con los demás.

En este punto, al hablar de violencia, se debe hacer hincapié en el respeto por el otro sexto y en la igualdad entre hombres y mujeres. Nadie merece ser infravalorado, menospreciado o humillado por ningún tipo de condición y, en estos tiempos que corren, hay que subrayar que por el sexto, tampoco. Y que no se debe permitir, si es que sucede.  De hecho, hay una regla de oro que se debe hacer comprender a nuestros hijos desde bien pequeños: Nunca le hagas a nadie lo que no quieres que nadie te haga.

Valores hay muchos. Algunos universales, de lógica…pero necesarios de mantener y de transmitir. Y recordar que la educación comienza y acaba en casa, por la familia y los padres.