Abuelos y nietos: actividades para hacer con los niños

En otros posts del blog de Xiquets.net, la guía de las familias de La Marina, ya hemos subrayado la importancia que los abuelos tienen para las familias. Como padres, bien lo sabéis, ya que la imposibilidad en muchas ocasiones de conciciliar la vida laboral y familiar (debido a los horarios y el trabajo tanto de la madre como del padre) requieren imperiosamente de la presencia de vuestros propios padres (es decir, los abuelos o yayos) para que cuiden a vuestros hijos (es decir, sus nietos).

En este artículo os vamos a dar algunas sugerencas sobre actividades que pueden compartir abuelos y niños. Evidentemente dependerá de la edad que tangan ambos, la saludo de los abuelos y la disposición de tiempo. Una buena idea puede ser llevarlos a dar un paseo por el parque o alguna senda de fácil recorrido por la montaña. La idea, al fin y al cabo, es disfrutar juntos de la naturaleza y el entorno.

En esos paseos abuelos y nietos podrán intercambiar impresiones sobre multitud de temas o simplemente comentar lo que van viendo durante el recorrido.  Si en las proximidades hay algún tipo de granja o zoológico también puede ser buena opción visitarlos para que ambos puedan compartir la fascinación que los niños suelen sentir por los animales.

Cambiando de tercio: ¿Y si les proponemos que se acercen a la biblioteca? Puede ser un buen comienzo para que los pequeños se habitúen a estar rodeados de libros pero hacerlo fuera del colegio, en un entorno distinto al sólo objeto de disfrutar. Podrán echar un vistazo a las diferentes secciones, coger un libro para leerlo juntos o buscar qué ejemplar le gusta más a cada uno para cogerlo a modo de préstamo.

Otra alternativa es que los niños ayuden a los abuelos en pequeñas tareas domésticas o manuales. Por ejemplo, re-pintar la puerta del garaje, ordenar los comestibles en la dispensa o preparar algún plato muy sencillo de cocina. Podéis animar a los abuelos a compartir una afición que les apasione a vuestros hijos o, simplemente, disfrutar de un juego de mesa. De hecho, esta práctica de la que tanto hemos disfrutado los mayores se está perdiendo en la actualidad con la irrupción de los videjuegos las consolas.

¿Qué tipo de videjuegos son los recomendables para mi hijo?

En un anterior número del blog de Xiquets.net, la guía de las revistas de La Marina, analizábamos la conveniencia o no de los videojuegos para niños y adolescentes. Superado este paso, y dando por sentado que es una tendencia actual a la que hay que adaptarse, surgen otras cuestiones, como por ejemplo qué videojuego comprar.

Uno de los criterios a seguir puede ser la clasificación según el contenido. Al igual que las películas, los videojuegos tienen marcada cuál es la edad mínima para poder jugarlo. En España se sigue la normativa europea PEGI (Pan European Game Information), que establece la edad mínima aconsejable para cada juego.

Contenidos y edades

Antes de los 3 años los niños no muestran interés por los videojuegos, ya que no disponen de las habilidades cognitivas suficientes. Su interacción con ordenadores, tablets y móviles son para ver contenido de video, como dibujos animados, películas infantiles o incluso algo tan insólito como contemplar a una niña abrir cincuenta huevos sorpresa seguidos.

Los expertos suelen recomendar juegos donde el objetivo sea construir cosas sencillas, identificar animales o desarrollar habilidades de lecto-escritura, ya que a esa edad empiezan con ese aprendizaje en la escuela. Suelen ser, además, juegos que no necesitan continuidad, ya que los niños a esas edades suelen cansarse y aburrirse rápido por su capacidad limitada de mantener la atención o elaborar razonamientos complejos sobre estrategias del juego. Y algo muy importante: es recomendable que los padres jueguen con los niños.

Dado que a partir de los 7 años los niños son más autónomos y con más habilidades cognitivas, los juegos tienen una mayor más dificultad, lo cual exige el desarrollo de estrategias de mayor nivel. Por lo tanto, los niños ya pueden “engancharse” con más facilidad, así que debemos estar atentos a los límites de tiempo.

Es a partir de los 12 años el niño ya es capaz de sostener la atención y concentrarse mucho tiempo, así que puede adentrarse en juegos de alto nivel, tanto de habilidad como estrategia. De hecho, resulta bastante sorprendente el nivel de destreza que pueden desarrollar en su interacción con la máquina. Y también bastante desalentador para nosotros cuando jugamos con ellos.

A partir de 14 o 15 años aparece inevitablemente la preferencia hacia juegos tipo MMO en línea (Juegos multijugador en línea cooperativos), donde se juntan jugadores de todo el mundo con avatares virtuales en misiones que pueden llegar a tener una complejidad muy elevada.

El problema principal a partir de los 14 años es que los videojuegos pueden restar tiempo a otras actividades, como el estudio, el deporte o la interacción familiar. En los adolescentes es mucho más difícil imponer una disciplina, así que lo recomendable es, por ejemplo, ofrecer alternativas de diversión al aire libre, tanto con amigos como dentro de la familia. Es decir, el niño es quien debe encontrar en las actividades alternativas un placer mayor que el de estar frente a una pantalla. Esa labor es familiar, escolar y, en general, del entorno que rodea al niño. Y no es fácil. Exige tiempo y esfuerzo.

La mayoría de videojuegos son online y pueden conectarse a través de internet con otros jugadores. Se puede interactuar con ellos de múltiples maneras. Muchas son beneficiosas, pues sirven para jugar en cooperación y así aprender o desarrollar estrategias. Otras, en cambio, son perjudiciales, como retroalimentarse con otros jugadores para jugar más tiempo, aprender un lenguaje inapropiado o incluso crear una relación que va más allá del juego con alguien que no se sabe quién es. Por lo tanto, debemos vigilar con quién juega nuestro hijo y cómo lo hace.

¿Videojuegos sí o videojuegos no?

¿Los videojuegos son recomendables o, por el contrario, son tan malos como los pintan para nuestros hijos? Aquí tenemos una de las preguntas del millón para muchos padres. La respuesta, obviamente, ni es sencillo ni se puede plantear en términos absolutos.

Lo que sí tenemos claro todos es que los videojuegos en dispositivos móviles, consolas y ordenadores son una realidad. Nos guste más o menos. Y que, nos gusten más o menos, hemos de convivir con ellos, como en su momento nuestros propios padres lo hicieron con el cine, los ordenadores o la televisión. Coincidiremos todos, probablemente, en que todos estos dispositivos no son perjudiciales por sí mismos, sino que dependen mayormente del uso que hagamos de ellos.

Los expertos y nuestra propia experiencia nos lleva a la conclusión de que prohibir o evitar que los niños jueguen con dispositivos electrónicos tiene poco sentido, como tampoco lo tiene evitar que, a una determinada edad, nuestros hijos tengan un teléfono móvil. Al contrario, si el niño no participa de ese entretenimiento, puede ser considerado raro por los demás y, en algunos casos, llegar a ser rechazado. Por tanto, nuestros esfuerzos, como padres y educadores, deben dirigirse a aconsejar e influir a qué, cuánto, cuándo y cómo juegan.

Conviene puntualizar que los videojuegos son un tipo más de juegos y que nunca deben ser el único modo de juego del niño, ni siquiera al que dediquen más tiempo. Es más: siempre debemos dar preferencia al juego al aire libre. Si los niños realizan este tipo de juegos con normalidad, no debería preocuparnos que jueguen con videojuegos en otros momentos.

No es menos cierto, de la misma forma, que el videojuego no es un juego de azar, donde la suerte es el componente fundamental. Aunque a veces la suerte influye -como en cualquier aspecto de la vida-, lo que más cuenta es la habilidad del jugador para desarrollar una estrategia con la que superar los retos que se le presentan. Estas habilidades pueden ser muy complejas, por lo que, en cierta forma, estos dispositivos también influyen en el desarrollo de nuestros hijos. Lo dicho: no todo es negativo.

Más allá de estas consignas, hay que tener en cuenta dos aspectos esenciales:

-La hora de jugar: hay que evitar a toda costa que sea después de cenar y en el periodo previo a irse a dormir, pues se estimula el cerebro y afecta al proceso fisiológico del sueño.

-El tiempo de juego: Entre los 3  y los 12 años lo recomendable es dejar jugar a los niños entre una y dos horas máximo al día, sobre todo durante los fines de semana. Ahora bien, a partir de esa edad el límite dos horas será ciertamente complicado de mantener. Por todo ello, es necesario poner normas en cuanto a que días y horas se puede jugar. Y no romperlas. Lo mejor es establecer un tiempo con anterioridad y asegurarnos de que nuestros hijos lo han entendido.

Dicho de otro modo, debemos ser realistas y, sobre todo, hacer prevalecer el sentido común en la relación entre los niños y los videojuegos.

Que viene la música infantil en Streaming: ¡Spotyfy para niños!

Las nuevas tecnologías avanzan en todos los sectores. También en el de la música. Y también en cuanto al público infantil se refiere. Así lo constata uno de los referentes en la red en cuanto a reproducción musical: el todopoderoso Spotify, que muchos de vosotros conocéis y utilizáis a diario por su comidad y prestaciones. Y es que la plataforma sueca ha anunciado recientemente el lanzamiento de una versión específica para niños: Spotify Kids. Está destinada a niños a partir de tres años de edad y permitirá a los usuarios acceder a través de un Plan Familiar Premium, que ya se está ofertando en distintos países europeos.

Una oferta personalizada y segura

Diseñada para los más pequeños de la casa, ha sido desarrollada teniendo en cuenta factores como seguridad y privacidad de este tipo de usuarios. Según han desvelado los creadores, la aplicación está repleta de ‘singalongs’, bandas sonoras e historias que los niños podrán descubrir, bien solos o en familia.

Lo realmente interesante, además de la variedad de la oferta, la posibillidad de personalizar la selección y facilidad de acceso que ofrece esta plataforma de referencia, es que los padres -según parece- podrán supervisar todo, pudiendo elegir entre la opción de ‘Audio para niños más pequeños’ y ‘Audio para niños más mayores’.

Además, los responasbles de la empresa aseguran que, al tratarse de una aplicación vinculada a un plan de pago, no se emitirán anuncios y todo el contenido podrá ser seleccionado de forma manual por los editores, garantizando que siempre sea apropiado para el público infantil. No en vano, la protección del menor es un tema esencial en la red con independencia de las plataformas y del formato del contenido en cuestión.

Entre las prestaciones que ofrecerá Spotify Kids están las playlists -creadas específicamente para los niños- que permitirán reproducir las canciones favoritas sin conexión a Internet, descubrir música o historias seleccionadas de forma manual por expertos de la compañía, buscar canciones y escuchar su contenido favorito en su propia cuenta de usuario.

De esta forma las historias, el sonido y al calor de la música también llegará a los niños y a las familias, que podrán disfrutar de música apta para los más pequeños previa selección por parte de los mismos padres, tutores o personas mayores que estén a cargo de los menores.

¿Qué os parece la aparición del nuevo Spotify Kids?