Cómo cuidar la piel de tu bebé

La piel del bebé es muy delicada, más cuando acaba de nacer, momento en el que también es tierna y extremadamente sensible al carecer de protección frente a los agentes externos. Aquí os dejamos algunos consejos que los médicos ofrecen para que la piel de vuestros hijos recién nacidos se mantenga en buen estado, relacionados con la hidratación, el vestuario, la exposición solar y la higiene en general:

 

  • Evitar la exposición solar
  • Utilizar ropas de algodón y evitar los roces con los pliegues de la piel
  • Cuida al máximo tu higiene: Es imprescindible que la persona que toque al bebé tenga las manos limpias y, por supuesto, si tiene algún tipo de infección, aunque sea una herpes simple, no debe tocar al niño para evitar el riesgo de contagio.
  • Es conveniente utilizar una crema hidratante sin perfumes y específica para el bebé (no vale cualquier tipo de crema, jabón o antiséptico). Hay que tener en cuenta que la piel del bebé es muy finita y puede absorber muy fácilmente sustancias que contactan con su piel. Siempre es recomendable usar los productos que recomiende el pediatra o el dermatólogo que visita frecuentemente a ese niño.
  • Evitar aplicar cremas muy perfumadas, con sustancias que puedan irritar su piel. Aunque un adulto pueda tolerarlas con total normalidad, los niños no, tal y como sucede con las cremas con ácido salicílico.

 

De manera más específica, en el baño:

 

  • Bañar al niño con jabones neutros, ya que al lavarles o bañarles por primera vez pierden la protección natural que les cubre en el útero materno.
  • En cuanto a la frecuencia, dependerá del consejo de cada pediatra y del criterio de cada madre.
  • Los jabones: deben ser suaves, sin demasiados perfumes ni demasiado espumosos para que no arrastren la grasa que ofrece la protección natural de la piel. En general, siempre se deben utilizar líneas infantiles, que están específicamente creadas para proteger la piel del bebé.

Juegos en la piscina para los niños

La piscina es uno de los lugares más importantes para los niños en verano. Un lugar para refrescarse y divertirse. Varios factores como la edad, el tamaño de la piscina o el hecho de si saben o no nadar condicionarán el tipo de actividades de nuestros hijos en la piscina.

En la piscina pequeña podemos practicar varias actividades de entretenimiento como El brujo. Un juego para varios niños en el que el brujo (adulto) tiene una bola mágica (pelota). Cada vez que dice una palabra mágica puede tocar a un niño y convertirlo en sapo, árbol o pájaro. El tocado se convierte en su ayudante y, cuando vuelve a decir la palabra mágica, él y sus ayudantes tocan a otros niños. Gana el último en ser tocado. Tiburón: Papá es un pez y los niños, tiburones que lo persiguen para comérselo. O al revés: papá es el tiburón, y los pececillos huyen de él. Baile del globo: Se agujerea un globo con un alfiler, se llena de agua y se anuda. Hay que pasárselo intentando que no se quede vacío ni estalle en nuestras manos.

Para los que ya saben nadar hay otras alternativas como los Circuitos de pruebas: rodar sobre una toalla, tocar la sombrilla con las dos manos, tirarse al agua con el fideíto, coger la pelota y volver, tocar la sombrilla con los pies… o los Relevos dentro del agua (mínimo 4 personas): se hacen dos equipos y con una chancla o una pelotita en la mano se hace una carrera de relevos. También podemos jugar a Estatuas patiabierta (consiste en pasar buceando entre las piernas de otro) o al Tesoro: lanzamos algunas cosas al fondo de la piscina y retamos al niño a ver quién coge más, o quién las coge antes…

Y para aquellos que tienen miedo al agua hay varias opciones, como jugar a echarles agua en la cara. Al principio no les hará gracia, pero si ellos también nos salpican y hacemos mucho teatro, pronto lo disfrutarán. También está La medusa: se doblan hacia delante hasta que su cara toca el agua y hacen burbujitas. O La estrella: se tumban boca arriba sobre el agua, manos y pies abiertos, mientras les sostenemos con seguridad y sin quitar las manos desde abajo. Para los que no se sueltan del bordillo dentro del agua, nos colocamos a su lado y les invitamos a pasar rodeándonos. Lanzar uno de sus juguetes piscina adentro para que lo cojan también Les motiva bastante.

Consejos para disfrutar del ocio en familia

Con la llegada del verano se multiplican las opciones de ocio para disfrutar en familia. Más allá de las esperadas y ansiadas vacaciones, podemos planificar alguna escapada con los niños para romper con la rutina.  Sea cual sea vuestra elección, aquí os dejamos una serie de consejos:

 

-Lo primero que tendréis es pensar bien en el tipo de ropa y calzado que necesitaréis, según vuestro destino y actividad. Hay que tener en cuenta el clima, el medio de transporte que utilizaréis, qué tipo de actividades o deporte haréis, etc. Procurad utilizar ropa y calzado cómodo y transpirable en excursiones y en caminatas prolongadas.

 

-Imprescindible: Si vais de vacaciones, acordaros de llevar las tarjetas de la seguridad social de todos los que viajáis, así como los certificados de vacunación que se requieren si se viaja a determinados países. Si algún miembro de la  familia sufre una enfermedad crónica (diabetes, hipertensión arterial, asma…) es importante llevar el historial clínico y los medicamentos necesarios.

 

-Es aconsejable llevar un botiquín sencillo pero adaptado al tipo de actividad o viaje que vais a realizar.

 

-Si sufrís picaduras de insectos, aplicaos hielo cubierto por una toalla o una compresa fría, para reducir la inflamación y entumecer los nervios. No la apretéis ni frotéis para tratar de extraer el aguijón. En caso de que la picadura o mordedura sea en la cara o cuello, si hay dificultad para respirar o si se produce enrojecimiento generalizado de la piel, debéis acudir rápidamente al hospital.

 

-¡Ojo! Es muy importante no dejar nunca los niños solos. Tampoco dentro del coche, ya que pueden deshidratarse por el exceso de calor.

 

-Si queréis practicar ejercicio físico, hacedlo con moderación y regularidad. Conviene comenzar poco a poco e ir cogiendo el ritmo adecuado. No olvidéis mantener una buena higiene personal.

 

-Vigilad dónde coméis y el agua que bebéis. Recordad que una buena alimentación e hidratación son fundamentales para vivir y disfrutar de vuestro tiempo de ocio. Vigilad también la calidad del agua cuando consumáis hielo, os lavéis los dientes, etc. Lo más recomendable es utilizar agua embotellada.

 

-Por último, y a modo de conclusión: Prestad un cuidado especial tanto a los niños como a las personas mayores. Son más vulnerables a los efectos del sol, el calor y el frío. Recordad lo importante que es una buena alimentación y mantenerse bien hidratado.

 

Y, lo más importante de todo: ¡Disfrutad!

Enséñales a cuidar y respetar el medio ambiente

El cuidado del medio ambiente es uno de los temas que más preocupa a la sociedad de hoy en día. Para los niños no es fácil comprender muchos de los términos, consejos y hábitos relacionados con el cuidado de nuestro entorno. Sin embargo, educarles y enseñarles qué es el medio ambiente, la importancia que tiene preservarlo y cómo debemos hacerlo es primordial para que se acostumbren a ello y, cuando sean adultos, lo tengan completamente interiorizado.

 

Aquí os dejamos algunos puntos importes a considerar:

 

-Para concienciarles sobre la importancia de cuidar el medioambiente, será bueno comenzar desde las pequeñas y rutinarias cosas de casa, como regar las plantas, cuidar el jardín, respetar a las mascotas, reciclar la basura…

 

-Conocer el entorno es aprender a quererlo…y el paso fundamental para cuidarlo. Ir de excursión con los niños al campo, a pasear por montaña o a la playa es una buena manera de acercarlos a la naturaleza, que la sientan parte de su vida y así la respeten.

 

-Algo tan sencillo como pasear por la calle con los niños y enseñarles a respetar el mobiliario urbano y a no ensuciarla ni dañar las cosas puede ser una buena estrategia. Concienciarlos de que las cosas de que son de todos, debemos cuidarlas entre todos.

 

-Intenta que los niños participen en actividades en las que puedan proponer mejoras ambientales para su entorno más cercano: la escuela, la asociación de vecinos, la biblioteca… En este caso, los talleres y juegos medio amientales como puede ser una buena forma lúdica y pedagógica para que sensibilizarlos.

 

-Hay que explicarles el concepto de las 3R: “Reducir, Reutilizar y Reciclar”. Tres palabras clave para cambiar nuestra actitud y cuidar el planeta.

 

-Es importante que los niños también aprendan a comer de una manera ecológica: consumiendo productos de temporada y de proximidad, es decir, lo que produce la tierra en cada estación y aquellos platos y alimentos típicos de nuestra zona.

 

-De la misma manera, trata de concienciar a los niños de que los ruidos y las luces excesivas también contaminan. Debemos enseñarles a tener una actitud respetuosa también en este sentido.

 

-Nos guste o no nos guste, la televisión forma parte de sus vidas. También cumple una función educativa, aunque en ocasiones no nos lo parezca. Por ello, será importante fomentar que nuestros hijos visionen documentales o programas de televisión didácticos sobre la naturaleza y el entorno.

 

Y recuerda, cuidar y conservar el planeta es cosa de todos. Enséñaselo a tus hijos…y recuérdaselo.

Trastornos alimentarios infantiles: Cuanto más tiempo pasan solos, menos comen

Por nuestra forma de vida, la dificultad de conciliar la vida laboral y familiar, las necesidades económicas…en muchos hogares el padre y la madre trabajan todo el día, por lo que es muy normal que los niños, a partir de los 10 años, estén solos en casa cuando llegan del colegio, por lo que será difícil controlar si meriendan, qué meriendan y a qué hora lo hacen. Esos mismos niños al mediodía también puede que hayan comido solos si la escuela ha compactado en las mañanas el horario de clases.

Esta situación, que es bastante habitual, se considera que es un factor que potencia o precipita la aparición de trastornos alimentarios que pueden llegar incluso a ser graves. Hablamos de casos como la anorexia nerviosa, que ya afecta a casi el 1% de la población joven, y que se suele iniciar a partir de los 10 o 12 años, cuando aparece la obsesión descontrolada por dejar de comer para perder peso corporal, a lo que se une una alteración en la percepción corporal de la que los propios niños no son conscientes.

También puede aparecer la bulimia nerviosa, que se traduce en un descontrol y desmesura de lo que se come, es decir, atracones a doquier para luego intentar vomitarlo de forma dañina y compulsiva. La bulimia afecta en nuestro país al 2% de los jóvenes. Otro trastorno infantil alimentario que puede aparecer en esta edad complicada son los atracones desmesurados pero muy eventuales u obsesiones corporales que llevan a conductas alimentarias muy extravagantes.

Para minimizar los factores de riesgo que llevan a la aparición de estos trastornos los psicólogos apuntan a la necesidad de que los niños no coman en soledad. Es importante que los padres os mentalicéis sobre todo a esa edad en la que los niños ya disfrutan de cierta autonomía y vemos hasta razonable (además de cómodo) el dejarles solos porque son capaces de abrir la nevera y auto gestionarse algo de comer. Por tanto, es importante comer con ellos, educarles en todo lo relacionado con la alimentación y darles un buen ejemplo para evitar la aparición de la anorexia, la bulimia o la obesidad.

¿Sol? Sí, pero con moderación y mucha protección

El sol no es el enemigo de los niños. Al contrario, es necesario para nosotros y también para los pequeños, ya que se requiere para la síntesis de vitamina D, produce efectos beneficiosos a nivel psicológico y también tiene ciertas propiedades antiinflamatorias.
Sin embargo, no es menos cierto que una quemadura solar, además de las alteraciones perceptibles, produce anomalías invisibles en las células, que son acumulativas y provocan la aparición de pecas, arrugas y cáncer cutáneo, duplicando así el riesgo de melanoma. Por ello, y sin caer en extremismos, en imprescindible que tomemos el sol pero con precaución, calculando el tiempo y siempre con la fotoprotección adecuada. En este sentido los niños de piel clara y los pelirrojos deben tener más cuidado pues tiene riesgo de quemarse más fácilmente.
La piel tiene memoria
Los expertos indican que la mayor parte de casos de cáncer de piel se debe a hábitos de exposición inadecuados durante la infancia y juventud. Si a eso añadimos que el 80% del daño solar se produce antes de los 18 años, no hay ninguna duda de que la educación y la protección de la piel durante la infancia y adolescencia resultan indispensables para evitar casos en el futuro.
Es una cuestión de hábitos y de educación, que hemos de adquirir durante nuestra infancia, y que depende en gran medida del ejemplo y la actitud de los padres. Los estudios indican que el 35% de los padres con hijos mayores de 10 años solo los protegen cuando calienta más el sol, y que también se tiende a reducir el uso de gorra o visera, ropa y sombrilla, por no hablar de la nula protección durante los recreos.
Es cierto que las campañas de información y los mensajes de los pediatras y dermatólogos han conseguido concienciar a los papás de que la piel del bebé es más delgada, no tiene totalmente desarrollados los mecanismos naturales de fotoprotección ni de reparación del daño celular inducido por la radiación solar y que por todo ello debe evitarse su exposición al sol, especialmente durante el primer año de vida, siendo preferible no aplicar ningún fotoprotector en la piel durante los primeros seis meses.
No obstante, cuando el niño se vuelve más autónomo, no prestamos tanta atención a esta cuestión, a pesar de que pasa más tiempo al aire libre y necesitará usar otras cremas fotoprotectoras y en otras cantidades.
Consejos para una buena protección solar:
• Evitar la exposición solar entre las 11 y las 17 horas.
• Cobijarse bajo las sombras.
• Protegerse con sombreros, ropa adecuada y gafas con filtro UV.
• Aplicar protectores solares de amplio espectro (UVA y UVB), con factor de protección solar (FPS) de 30 o más, de manera generosa, 20 o 30 minutos antes de exponerse al sol, cada hora y media y tras el baño.
• Conviene que los niños menores de seis meses no sean expuestos al sol.

Comprar con niños. ¿Y por qué no?

Comprar con niños es algo habitual cuando se es madre, aunque también  es algo que  puede provocar mucho estrés en las mujeres, bien porque no se están quietos, lo tocan todo, echan a correr por los pasillos, se aburren…o porque  suelen pedir algo que han visto y que, en caso de no comprárselo, puede desencadenar en rabietas.

Algunas madres, para conseguir que sus hijos callen y se porten bien, suelen ceder y acaban comprándole al niño lo que ha pedido. Esta reacción, comprensible, no es la más adecuada, ya que el niño comprobará que su enfado ha tenido recompensa y, en próximas visitas al mercado o al súper, se acostumbrará a hacer lo mismo para lograr el resultado deseado.

Hay que reconocer que la situación no es fácil, todo lo contrario. En ocasiones, dependiendo del día que tenga nuestro hijo, puede convertirse en molesta o embarazosa, pero la solución no pasa por darle siempre el capricho deseado.

Desde Xiquets.net, la guía de las familias de la Marina Alta, os damos algunos consejos para ir a comprar con niños sea una práctica llevadera y hasta divertida para todos:

– No pases por los pasillos que, para él o ella, puedan ser más interesantes. Con ello nos referimos, por ejemplo, a la zona de los helados o los juguetes, ya que la tentación de cogerlos y pedirlos es grande, por lo que no tardará en hacerlo.

-Procura que la compra sea rápida. Los niños suelen cansarse pronto de ir a comprar pero si lo tienes todo claro y por escrito es más fácil hacerlo rápido sin que se te olvide nada. Si evitas estar mucho tiempo en el súper, evitarás también que tu hijo pueda cansarse y aburrirse.

-Plantéale la compra como un juego o como un reto que debéis cumplir y que luego tiene recompensa. Dile que, si se porta bien durante la compra, lo llevarás al parque o jugarás con él a aquello que más le guste. Hay que motivarle para que sea capaz de mentalizarse.

-Despierta su curiosidad explicándole (dependerá de la edad, claro) lo importante que son cada una de las cosas que tienes que comprar. Ves detallándole aquello que vas cogiendo o por dónde va pasando para poder satisfacer su curiosidad, pero siempre con cuidado de que no toque nada o quiera ir a su aire.

-Si no puedes evitar que te pida algo y no quieres comprárselo, si tiene una rabieta o empieza a comportarse mal lo mejor es dejar la compra y salir del centro comercial para que el niño o niña se tranquilice. Una vez lo haga has de explicarle que ese comportamiento no es el adecuado para él y que debe aprender a comportarse.

Sólo entonces Puedes volver a intentar entrar de nuevo y terminar la compra pero, en caso de que ocurra de nuevo, es mejor irse y volver sola después. Así hasta que entienda que no siempre se ha de hacer lo que él o ella quiera.

Cómo lograr que tu hijo coma de todo

En la guía Xiquets.net tenemos claro que los hábitos alimentarios de los hijos son frecuentemente una de las preocupaciones más importantes para los padres, que siempre andamos preocupados sobre la conveniencia de que los peques coman uno u otro alimento.

De hecho, suele ser extraño que los niños coman de todo, sin excepción. Parece que siempre deben tener algún prejuicio, algún alimento que no les siente bien o que no hay forma de que les entre por los ojos…ni por la boca.

Sin aseguraros el éxito, y considerando que cada niño es distinto, aquí os dejamos algunos pequeños trucos para que vuestros peques se acostumbren a comer de todo o, al menos, a probarlo

-Enseña a los niños a disfrutar de la comida. Para ello es importante que  participen en la preparación de cada plato y de los rituales de poner y quitar la mesa.

-Presenta los platos de forma especial. Con muy poco esfuerzo y un poco de creatividad puedes presentar los platos con formas divertidas. La combinación de colores es otra de las claves. Con platos atractivos, los niños se animarán a probar nuevos sabores.

-Da ejemplo. Debemos comer de todo y hacer ejercicio, para que los niños también lo hagan. Somos nosotros quienes debemos inculcarles el gusto por probar nuevos alimentos y sabores.

-Nunca hay que utilizar la comida como premio o castigo. El niño debe relacionar la hora de comer con un momento agradable del día. Nunca hay que usar la comida como moneda de cambio.

-Crea buenos hábitos alimenticios: procura comer comida casera cada día, que los niños no se salten ninguna comida, comer sano…

-No le obligues a comer. Si el niño no quiere comer un día, no pasa nada. No le obligues. El pequeño no debe ver la hora de la comida como un suplicio.

-Evita que pique entre horas. Es muy importante que los niños tomen tentempiés sanos y ligeros y que no tomen chuches entre las comidas.

-Comer de forma saludable. Es fundamental que aprendan el hábito de comer de forma saludable entre los cinco, seis y siete años. A partir de los diez será muy difícil conseguir que cambien sus costumbres a la hora de elegir sus alimentos y decidir lo que les gusta o no les gusta.