El verano y las nuevas costumbres de los niños

Olvidarse de ciertos hábitos durante el verano es necesario y saludable para los niños. Además, esta época es un buen momento para plantearse qué normas y prohibiciones son realmente necesarias y cuáles no. Vamos con algunas de ellas

¿Es preciso una ducha diaria?

Que el niño se bañe o duche todos los días no tiene por qué ser obligatorio, aunque puede ser conveniente y dependerá de cómo de sucio o sudado este. De hecho, en ocasiones puede bastar simplemente con pasarle una esponja por las rodillas. Conviene, eso sí, ducharse siempre al volver de la playa o de la piscina para eliminar la sal y el cloro.

A este respecto recuerda que ducharse todos los días no es necesario para la salud y que el exceso de limpieza parece ser una de las causas del reciente aumento del asma y las enfermedades alérgicas.

¿Cuánto tiempo debe aguantar en el agua?

Los niños se vuelven locos en verano con la playa y la piscina. Les suele encantar pasar horas jugando dentro del agua. El problema es a la hora de salir, que o bien hace frío ya o tiene la piel irritada después de estar tanto tiempo en contacto con el agua. Cuando salga, envuélvele en una toalla y ponle al sol. Puedes frotarle con la toalla o hacerle correr en círculos. Pronto entrará en calor. Si se queja del frío, explícale que eso pasa por estar mucho tiempo en el agua, y que, la próxima vez, procure salir antes.

Abuso de helados

Cuando se habla de polos y helados tampoco se debe generalizar. Los polos son básicamente agua con azúcar y colorantes por lo que, cuántos menos coma, mejor. Pero los helados de leche son bastante más nutritivos. Probablemente llevan más azúcar que otros derivados lácteos, pero de vez en cuando, no pasa nada. Eso sí, recuerda que están cargaditos de calorías.

Sin disciplina para levantarse y acostarse

Lo malo sería que se acostase tarde y se levantase pronto. Si también se levanta tarde, es que está durmiendo lo suficiente. Un niño pequeño debería acostarse al mismo tiempo que sus padres o antes; no sería prudente dejarlo despierto sin saber a qué se expone o qué ve por la tele a esas horas. Pero si los padres se acuestan tarde, no deben sorprenderse de que el niño quiera disfrutar de su presencia hasta el último momento.