Comer bien en las etapas de infantil y primaria

Que nuestros hijos estén bien alimentados, lo mejor posible, es una de las mayores preocupaciones que tienen los padres. Es básico su nutrición en todas las etapas de su vida, desde que nacen hasta que llegan a la adolescencia. Sin embargo, en este post de la guía Xiquets, la revista para las familias de La Marina, os vamos a dar algunas pautas refiriéndonos a la edad de preescolar e infantil, tomando como referencia las etapas educativas.

Los niños en edad preescolar experimentan periodos abruptos de crecimiento en el que pasan de tener mucho apetito un día a tener poca hambre en otras jornadas. El calcio es una pieza fundamental para desarrollar huesos y dientes sanos y fuertes. Además de la leche otros ingredientes como el tofu, las sardinas, jugos de naranja fortificados con calcio, cereales y avena pueden constituir una alternativa, especialmente ante los niños que tengan algún problema de alergia o intolerancia a la lactosa.

La fibra es otro elemento importante para prevenir enfermedades cardíacas y otras afecciones, además de ayudar a la digestión y prevenir el estreñimiento. Convendrá animarles a que ingiera frutas, verduras, granos enteros y frijoles, ya que todos proporcionan fibra.

En la etapa de primaria es muy importante reforzar la ingesta de proteínas, que no sólo encontraremos en la carne de origen animal, sino también en el arroz, los huevos, la leche o los frijoles, por citar algunos ejemplos. Convendrá no abusar de grasas saturadas y azúcares, especialmente en lo relativo a bollería industrial, pasteles y productos como las patatas de bolsa o los refrescos. Todo ello para evitar que el niño gane peso de manera innecesaria.

Será a medida que avancemos hacia la pubertad cuando el niño, ya preadolescente, requerirá de más calorías para enfrentar los cambios que se van presentando en su cuerpo y fisiología, pese a que convendrá educar a los jóvenes para que no se decanten en demasía por la denominada ‘comida rápida’ que suele acompañar muchos días de ocio, por su escaso valor nutricional en contraposición con otras opciones nutricionales más interesantes y apropiadas.

No obstante, ante cualquier duda o problema que surja, os recomendamos sin duda que consultéis con un profesional nutricionista o un médico especialistas para orientar al pequeño en esta faceta tan importante para su desarrollo vital.