Actividades de verano para que los niños disfruten en casa

Sin colegio de por medio, y una vez acabados los campus deportivos, jornadas de convivencia y campamentos de verano, hemos de plantearnos cómo entretener a nuestros hijos en verano. Algo complicado, ya que hemos de compatibilizar nuestra jornada laboral y obligaciones en casa con esta vertiente lúdica que necesitan los niños, especialmente durante las vacaciones estivales. Aquí os dejamos algunas ideas:

Es importante hacerles ver a los más pequeños que si están de vacaciones y sus padres trabajando, deben ayudar en casa con las tareas del hogar. En este sentido, se puede planificar el trabajo de la semana para que ellos se sientan partícipes en todo momento del bienestar de la familia. Pueden ayudar a hacer la compra escogiendo los productos en el supermercado, pero también idear recetas refrescantes para el verano y ponerse manos a la obra en la cocina.

Creatividad que pueden expresar ante los fogones o también redactando su propio diario con textos y fotos que ellos mismos hagan sobre lo que viven cada día. De esta manera, además, se sentirán protagonistas y se lo podrán enseñar a sus padres cuando estos lleguen a casa.

Las manualidades son, sin duda, una de las actividades estrella para disfrutar del verano en casa. Los niños pueden pasar horas y horas de diversión moldeando sus propias creaciones. Lo importante no es solo tenerlos entretenidos, sino también el tiempo que pasan creando y aprendiendo.

Otra actividad relajada puede ser organizar una tarde o una noche de juegos y/o películas. Algo que resulta ideal no solo para divertir a los niños, sino también para pasar un agradable rato en familia. Podemos escoger algunos de los juegos tradicionales de toda la vida para jugar con los niños o ver las películas que a ellos más les gusten.

Pero si lo que necesitan es un poco de movimiento, las posibilidades son múltiples. El verano es el mejor momento para que los niños comiencen a practicar algún deporte. Natación, ciclismo, patinaje… Hay que aprovechar el buen tiempo para que se acerquen a otras disciplinas deportivas menos habituales. El verano es, sin duda, la mejor época del año para que los niños aprendan a nadar en la playa o la piscina, vayan en bicicleta por los carriles bici, etc.

¿Poner fotos de mis hijos en Facebook o Instagram?

La irrupción de las redes sociales ha cambiado nuestras vidas y la de nuestras familias. La forma de relacionarnos, el acceso a información que forma parte de la vida íntima o personal, la privacidad… y también la seguridad. Y cuando hablamos de menores, todavía más, especialmente por la práctica habitual de subir foto, vídeos e identificar a sus protagonistas.

En primer lugar cuando publicamos fotos de nuestros hijos en la red estamos haciendo público un espacio que, teóricamente, corresponde a la escena privada. No debería pasar nada, pero es cierto que en internet se mueven también pederastas y otros perfiles similares que sienten fijación extrema por ver a menores con determinadas pintas o en contextos concretos.

No es cuestión de alarmar, ya que colgar una foto de nuestro hijo en Facebook o Instagram no tiene porqué desembocar obligatoriamente en un episodio de estas características, pero no es menos cierto que tengamos más que ganar que perder. Es como aquel dicho de: “Evita la ocasión y evitarás el peligro”.

Más allá del debate sobre “a dónde van a parar estas fotos” y el evidente peligro que esto supone, existe otra cuestión que rara vez nos planteamos cuando compartimos fotos de familiares, amigos o de nuestros propios hijos. Y es la vulneración de su derecho a la intimidad. Un derecho, que también en el caso de los niños, está protegido por distintos reglamentos tanto a nivel nacional como internacional, y que los padres y Estados (en última instancia) deben respetar y –sobre todo- proteger.

La privacidad de los niños españoles está defendida por la Ley española de Protección del Menor, el Reglamento de Protección de Datos de la Unión Europea y la Convención de Derechos de los Niños. La ley deja bien claro que, en caso de existir una sobreexposición, podría considerarse que los padres están incumpliendo su obligación de proteger al menor.

De hecho, los psicólogos insisten en que la vida privada del niño es suya, no de sus padres. Por tanto, y aunque nos puede parecer muy gracioso y simpático, y ese a hacerlo sin maldad, al niño igual no le gusta tanto aparecer de determinadas maneras o con algunas vestimentas en internet. Resultan todavía extrañas las quejas de los niños y los menores, pero los expertos aseguran de que, en un futuro, éstas irán a más.

Cómo proteger la piel de tu bebé

La piel de un bebé es muy sensible y todavía más cuando llegan los días más largos y de mayor radiación ultravioleta. Si nosotros ya nos sofocamos y llegamos a agobiarnos en algunas situaciones, a ellos les pasa lo mismo. Por eso debemos tener en cuenta que hay que evitar exponerlos al sol y el calor en momentos del día con altas temperaturas, y esperar en esos días extremos a que la tarde “refresque” para salir a pasear.

 

Recuerda que no podemos proteger a nuestro bebé con cremas solares antes de los 6 meses, por eso debemos tomar todas las precauciones posibles para resguardarlo del sol. Por ejemplo, salir a pasear con capota, mantener a nuestro bebé a la sombra en las horas centrales del día, ponerle gorrito y sobre todo, evitar que le dé el sol de forma directa. A partir de los 6 meses ya podemos utilizar cremas solares que nos aseguren una buena protección incluso en días nublados, pero no debemos dejar de tomar las medidas que hemos dicho para evitar exponerlo al sol.

 

Recuerda que en los días nublados es cuando más sol se coge. Además, la piel de un bebé no es como la nuestra y enseguida puede quemarse, por eso aconsejan no quitarles la camiseta en la playa o por la calle aunque haga mucho calor. Una buena crema solar, adaptada a su edad –o meses- y al tipo de piel de nuestro bebé es lo más aconsejable en cualquier caso. Lo mejor será preguntar en la farmacia habitual o consultarlo con nuestro pediatra, ellos serán los que mejor te informarán para la mejor protección solar para el bebé.

 

Algunos consejos para cuidar la piel de nuestro bebé:

 

-Hidrata la piel de tu bebé varias veces al día. Es preferible que lo hagas varias veces al día con poca cantidad de producto, a que lo hagas pocas veces y con mucha cantidad. Después del baño es uno de los momentos perfectos.

-Cambiar el pañal de forma frecuente. Lo más aconsejable es utilizar pañales de alta absorción para evitar en la medida de lo posible que el culito del bebé esté húmedo durante mucho tiempo.

-Limpiar al bebé con toallitas o una esponja húmeda. Cuando les cambiamos el pañal debemos fijarnos en que queden bien limpitos.

-Usar crema en pasta o pomada. Así evitaremos que les salgan rojeces o irritaciones cada vez que les cambiamos o a causa de la humedad.

-Usar ropa natural. Debemos ver que la ropa de nuestro bebé sea siempre de tejidos naturales, como el algodón, por ejemplo. Y lavarla siempre con detergente suave, sin suavizantes ni lejía.

Trucos para distribuir y ordenar una casa con niños

Distribuir y ordenar una casa donde hay niños es tan importante como, en muchas ocasiones, difícil. Además, para que el niño aprenda a ordenar es imprescindible que cuente con un mobiliario adecuado, en el que todo esté pensado al detalle y que responda a sus necesidades de almacenaje.

 

Conscientes de ello, en el blog de Xiquets.net, la guía de las familias de la Marina Alta, os vamos a dar una serie de consejos para que podáis hacer hueco para todo y encontrar aquello que necesitéis en cada momento. Y, a poder ser, con la ayuda de vuestros hijos:

 

-Facilitar el orden: A medida que crecen, el espacio se va llenando y es difícil mantenerlo despejado. Los muebles deben estar a su altura para facilitar los hábitos y el orden. Baúles y arcones son piezas muy prácticas.

 

-Crear rincones: A los niños les encanta tener zonas de interés distintas y rincones donde estimular la imaginación y jugar a ser… Cuando crecen y el escritorio se impone, la zona de juegos puede convertirse en un chill out con pufs apilables.

 

-Asegurar el espacio: La tarea de los padres consiste en guardar lo necesario (no acumular) y usar un mobiliario que aproveche al máximo el espacio.

 

-Las Habitaciones: Si son pequeñas, lo más práctico es disponer de mobiliario a doble altura, con camas arriba y zonas de juego o estudio debajo. Y en cuanto a las habitaciones de bebés (de 0 a 2 años), que suelen necesitar pocos elementos, lo más importante será crear una zona blanda, que se puede crear con una alfombra y varios cojines. A esa edad, los niños aprenden a través de los cinco sentidos y es básico evitar superficies duras.

 

-Un espacio para cada cosa: Folios, lápices o tinta de impresora, todo tiene su lugar si se trata del escritorio. Lo mismo pasa cuando se trata de juguetes, sean cochecitos o construcciones de madera: deben tener un sitio para guardar.

 

-Ropa y complementos: conviene equipar el armario con una zona de colgar con dos barras para,  más adelante, quitar la más baja y hacer allí otra zona para guardar ropa. Un perchero nos ayudará a que dejen la ropa del día siguiente preparada.  Recuerda que las niñas necesitan más cajas y cajoncitos para guardar sus gomas, sus collares, pañuelos… y que el armario de los niños puede ser más sobrio.

Prepara en casa con tus hijos la Mona de Pascua

La Mona de Pascua es uno de los dulces más típicos de la Semana Santa. Probablemente el que más.  Y también la podemos preparar en casa, con ayuda de nuestros hijos y disfrutando de la cocina con ellos. Una forma de divertirnos, compartir tiempo con los pequeños y enseñarles tradiciones gastronómicas. Aquí va la receta:

Ingredientes:

500 gramos de harina

150 gramos de azúcar

25 gramos de azúcar granulado

4 huevos

130 gramos de manteca de cerdo

150 ml de leche

1 sobre de levadura en polvo

100 ml de agua

1 vaso de agua de azahar

1 huevo duro sin pelar o 1 huevo de chocolate

Elaboración:

El primer paso será poner 150 gramos de harina en un recipiente amplio y añadir la levadura, previamente diluida en un vaso de leche templada. Posteriormente se amasa la mezcla hasta conseguir una bola; haremos un corte en el centro y dejaremos reposar hasta que doble su volumen inicial.

Después se templa el agua en un cazo con el resto de la leche, el azúcar, la manteca de cerdo y el agua de azahar. En un recipiente liso se pone la harina en forma de volcán y se incorpora esta mezcla.

Se amasa y se añaden los huevos uno a uno hasta conseguir una masa compacta. Se une esta masa a la que se había dejado reposar previamente. Se tapa y se deja fermentar en un lugar templado durante 2 horas.

Cuando haya duplicado su volumen de nuevo, se amasa hasta formar una bola, se aplasta y se pone sobre una placa de horno engrasada. Se hace un hueco en el centro y se coloca un huevo crudo para que no se cierre. Se bate un huevo y se pincela la rosca.

Por último sólo quedará espolvorearlo con azúcar granulado y hornearlo durante 30 minutos. Servir frío y decorado con un huevo cocido o de chocolate en el centro.

Aprender a montar en bicicleta: Los primeros pasos

Prácticamente todo el mundo sabe ir en bicicleta. Es algo que hacemos de forma automática, sin pensarlo. Lo hacemos sin más. Pero porque lo aprendimos en su momento. Y ¿Os acordáis de ese día? ¿Cuántas veces os fuisteis al suelo practicando? Seguro que muchas.

Montar en bicicleta, como tantas cosas, es algo que se aprende y, con la práctica posterior, ya no se olvida. Sin embargo, para nuestros hijos pequeños puede convertirse en un problema si no les ayudamos a afrontarlo con naturalidad y sin los miedos característicos, aunque habrá que aconsejarles y tomar ciertas medidas de seguridad para evitar más golpes de la cuenta.

Equilibrio

En esta primera fase, posiblemente la más importante, nuestro hijo debe aprender a mantener el equilibrio sobre la bicicleta de una forma progresiva y segura. Las bicis sin pedales y los remolcadores para bicicletas pueden ser dos sistemas rápidos y efectivos para que nuestro hijo aprenda a mantener el equilibrio, aunque la gran mayoría de personas se inclina por el método tradicional, es decir, a través de una bici convencional y dejando margen de actuación al pequeño para que se familiarice con este método de transporte y gane en confianza.

Sea cual sea el método, habrá que inclinarse por una bici donde el asiento se pueda bajar de manera que los pies del niño toquen el suelo para apoyarse. Y, al no estar acostumbrado a pedalear, lo mejor será buscar una cuesta corta y no con demasiada pendiente para que pueda deslizarse con equilibrio y controlando la velocidad y la bicicleta.

Con respecto a los ruedines que llevar algunas bicis, no parecen demasiado recomendables por cuanto provocan que la bicicleta pierda un eje de movimiento clave, el longitudinal. Es cierto que pueden ayudar a pedalear, a frenar… pero no a mantener el equilibrio ni a girar, ya que impiden que la bici se incline con independencia del terreno, distorsionando el movimiento natural que experimentamos cuando vamos subidos en una bicicleta.

 

 

Pedaleo

Una vez han aprendido a mantener el equilibrio (deslizándose por la pendiente con los pies en los pedales) habrá que aleccionarles para que comiencen a pedalear para desplazar la bicicleta de manera autónoma, controlando la frenada.

Montar en línea recta

El tercer paso será aprender a montar en línea recta. Para ello habremos de buscar una zona llana donde pueda practicar la arrancada, a pedalear en línea recta de una manera suave y estable, con un pedaleo consistente y seguro.

Añadir giros

Cuando ya tenga controlada la arrancada, el pedaleo y la frenada, tocará acompañarle a circuitos con curvas para que aprenda a girar, a la vez que va afianzándose  sobre la bici para poder circular con seguridad.

Y, lo más importante: hay que tener paciencia para que el niño aprenda paso a paso, sin prisa y siempre seguro.