Aprender a montar en bicicleta: Los primeros pasos

Prácticamente todo el mundo sabe ir en bicicleta. Es algo que hacemos de forma automática, sin pensarlo. Lo hacemos sin más. Pero porque lo aprendimos en su momento. Y ¿Os acordáis de ese día? ¿Cuántas veces os fuisteis al suelo practicando? Seguro que muchas.

Montar en bicicleta, como tantas cosas, es algo que se aprende y, con la práctica posterior, ya no se olvida. Sin embargo, para nuestros hijos pequeños puede convertirse en un problema si no les ayudamos a afrontarlo con naturalidad y sin los miedos característicos, aunque habrá que aconsejarles y tomar ciertas medidas de seguridad para evitar más golpes de la cuenta.

Equilibrio

En esta primera fase, posiblemente la más importante, nuestro hijo debe aprender a mantener el equilibrio sobre la bicicleta de una forma progresiva y segura. Las bicis sin pedales y los remolcadores para bicicletas pueden ser dos sistemas rápidos y efectivos para que nuestro hijo aprenda a mantener el equilibrio, aunque la gran mayoría de personas se inclina por el método tradicional, es decir, a través de una bici convencional y dejando margen de actuación al pequeño para que se familiarice con este método de transporte y gane en confianza.

Sea cual sea el método, habrá que inclinarse por una bici donde el asiento se pueda bajar de manera que los pies del niño toquen el suelo para apoyarse. Y, al no estar acostumbrado a pedalear, lo mejor será buscar una cuesta corta y no con demasiada pendiente para que pueda deslizarse con equilibrio y controlando la velocidad y la bicicleta.

Con respecto a los ruedines que llevar algunas bicis, no parecen demasiado recomendables por cuanto provocan que la bicicleta pierda un eje de movimiento clave, el longitudinal. Es cierto que pueden ayudar a pedalear, a frenar… pero no a mantener el equilibrio ni a girar, ya que impiden que la bici se incline con independencia del terreno, distorsionando el movimiento natural que experimentamos cuando vamos subidos en una bicicleta.

 

 

Pedaleo

Una vez han aprendido a mantener el equilibrio (deslizándose por la pendiente con los pies en los pedales) habrá que aleccionarles para que comiencen a pedalear para desplazar la bicicleta de manera autónoma, controlando la frenada.

Montar en línea recta

El tercer paso será aprender a montar en línea recta. Para ello habremos de buscar una zona llana donde pueda practicar la arrancada, a pedalear en línea recta de una manera suave y estable, con un pedaleo consistente y seguro.

Añadir giros

Cuando ya tenga controlada la arrancada, el pedaleo y la frenada, tocará acompañarle a circuitos con curvas para que aprenda a girar, a la vez que va afianzándose  sobre la bici para poder circular con seguridad.

Y, lo más importante: hay que tener paciencia para que el niño aprenda paso a paso, sin prisa y siempre seguro.