Comer sano y ligero en verano

En verano cambia la cantidad de tiempo libre de nuestros hijos, que suelen pasar mucho más tiempo en casa. Como consecuencia de ello, sus horarios y rutinas se descontrolan, y con ellas las pautas para seguir una alimentación sana, ordenada y equilibrada. Aquí os ofrecemos algunos consejos según los especialistas en la materia:

Más comidas, pero más ligeras

Por las elevadas temperaturas, se recomienda hacer más comidas pero menos sustanciosas- Haz cinco o seis comidas al día poco abundantes. Los menús deberán incluir alimentos refrescantes en los primeros platos (cremas frías de verdura como salmorejo, gazpacho…o ensaladas) y segundos platos con alimentos proteicos (carnes, pescados, huevos) cocinados preferentemente a la plancha o a la brasa.

La importancia de las ensaladas

Las ensaladas, por su características, nos permitirán cocinar de una forma más divertida, ahorrando tiempo y combinando distintos tipos de alimentos. Combinan tanto vegetales (que conservan más su vitaminas al no ser cocinados) como hidratos de carbono complejos (legumbres, arroz, patata y pasta).

Menos grasas, más frutas y verduras

Con el calor todos necesitamos tomar platos menos contundentes. Las frutas y las verduras son las reinas de la mesa, dos grupos de alimentos que los peques no les gustan especialmente. Para ello podemos recurrir a ensaladas y platos divertidos, brochetas de frutas, cremas frías…

Directamente relacionado con ello está el tomar menos alimentos grasos (embutidos, frutos secos, mantequilla, fritos). Las únicas grasas que no deben disminuir son las procedentes del aceite de oliva, con él se aliñan ensaladas y gazpachos.

Más agua, más líquidos

Toma más agua para reponer la que se pierde a través de la sudoración es fundamental. Otras bebidas como los zumos, horchata o batidos que aportan minerales, vitaminas y nutrientes se pueden incluir en el desayuno o la merienda.

¡No pierdas los horarios!

Intenta que los horarios de comidas no se alteren. Aunque cambien, procura que se hagan todos los días a la misma hora. Los peques deben hacer sus tres comidas principales y dos ligeras. Aunque las rutinas sean algo más flexibles hay que respetar los horarios. Debemos preocuparnos de que no piquen entre horas y coman bien.

Cómo lograr que tu hijo coma de todo

En la guía Xiquets.net tenemos claro que los hábitos alimentarios de los hijos son frecuentemente una de las preocupaciones más importantes para los padres, que siempre andamos preocupados sobre la conveniencia de que los peques coman uno u otro alimento.

De hecho, suele ser extraño que los niños coman de todo, sin excepción. Parece que siempre deben tener algún prejuicio, algún alimento que no les siente bien o que no hay forma de que les entre por los ojos…ni por la boca.

Sin aseguraros el éxito, y considerando que cada niño es distinto, aquí os dejamos algunos pequeños trucos para que vuestros peques se acostumbren a comer de todo o, al menos, a probarlo

-Enseña a los niños a disfrutar de la comida. Para ello es importante que  participen en la preparación de cada plato y de los rituales de poner y quitar la mesa.

-Presenta los platos de forma especial. Con muy poco esfuerzo y un poco de creatividad puedes presentar los platos con formas divertidas. La combinación de colores es otra de las claves. Con platos atractivos, los niños se animarán a probar nuevos sabores.

-Da ejemplo. Debemos comer de todo y hacer ejercicio, para que los niños también lo hagan. Somos nosotros quienes debemos inculcarles el gusto por probar nuevos alimentos y sabores.

-Nunca hay que utilizar la comida como premio o castigo. El niño debe relacionar la hora de comer con un momento agradable del día. Nunca hay que usar la comida como moneda de cambio.

-Crea buenos hábitos alimenticios: procura comer comida casera cada día, que los niños no se salten ninguna comida, comer sano…

-No le obligues a comer. Si el niño no quiere comer un día, no pasa nada. No le obligues. El pequeño no debe ver la hora de la comida como un suplicio.

-Evita que pique entre horas. Es muy importante que los niños tomen tentempiés sanos y ligeros y que no tomen chuches entre las comidas.

-Comer de forma saludable. Es fundamental que aprendan el hábito de comer de forma saludable entre los cinco, seis y siete años. A partir de los diez será muy difícil conseguir que cambien sus costumbres a la hora de elegir sus alimentos y decidir lo que les gusta o no les gusta.