Estar sumergido en tan sólo 20 centímetros de agua durante menos de 3 minutos puede ser suficiente para que un niño se ahogue sin que los padres se hayan percatado. No se trata de ser alarmista sino de que seáis conscientes de que las piscinas, además de ser necesarias y casi imprescindibles en verano, también conllevan riesgos. Por desgracia, no hay verano en el que no se produzca alguna triste noticia relacionado con algún niño en la piscina.
Para evitar riesgos, lo mejor es que sigáis una serie de normas básicas que también deberíais enseñarles a vuestros hijos. Si ellos están concienciados de cómo deben comportarse en la piscina, todo será mucho más sencillo. Aquí os dejamos resumidos, y de forma sintética, 10 consejos para el baño que los niños deberían tener grabados en la cabeza, para lo cual se lo deberéis repetir constantemente:
1.- No te bañes nunca tú solo, espera que tus papás estén siempre contigo.
2.- Hasta que aprendas a nadar bien, tienes que ponerte siempre manguitos o chaleco hinchable. Acuérdate de ponértelos con tus papás, antes de entrar en la piscina.
3.- No te lances de cabeza en la parte menos honda. Puedes darte un golpe fuerte en la cabeza y hacerte daño.
4.- ¡Cuidado cuando juegues o corras cerca de los bordillos, toboganes o escaleras! Resbalan mucho y puedes caerte.
5.- Después de comer, tienes que esperar un rato. Puedes dormir la siesta o jugar un rato mientras haces la digestión.
6.- Entra siempre despacito en la piscina. Si lo haces de golpe, puedes tener un corte de digestión y te dolerá mucho la tripa.
7.- No olvides nunca recoger tus juguetes dentro del agua. Si un amiguito salta para jugar con ellos, puede tener un accidente y hacerse daño.
8.- Si ves que algún niño está llorando porque se ha hecho daño, ve rápidamente a buscar a una persona mayor que os ayude.
9.- Aprende a nadar bien, mejor que nadie. Es la mejor manera de disfrutar de la piscina.
10.- Las vallas o cubiertas de piscina están para que no te hagas daño. No las abras sin el permiso de tus papás.