Mi hijo es deportista: cómo ayudarle

Seguro que muchos de vosotros tenéis hijos que practican algún tipo de deporte, lo cual no sólo es sano y saludable, sino también aconsejable. Sin embargo, hay que dejar claras una serie de premisas si queremos que la actividad deportiva sea algo complementario y beneficioso para el niño, lejos de convertirse en una exigencia, una obsesión e, incluso, en un drama. Y es que el deporte debe ser algo gratificante para el niño, y no una carga pesada.

En este sentido hay que subrayar que el apoyo familiar es clave para el deportista, aunque sin confundir implicación con presión, sobre todo cuando hablamos del sector infantil. ¿Qué podéis hacer como padres? Aquí tenéis algunos consejos que os vendrán bien:

-Planificar bien el tiempo

El estudio no se puede dejar de lado por ningún deporte. Recordad cuáles son las prioridades. Hay tiempo para todo y, si algún día no lo encontramos, se ha de elegir en consecuencia. Los niños suelen priorizar en las actividades que les resultan divertidas y el padre no debe dejarse llevar por las ganas de que su hijo entrene más y sea el mejor.

-La importancia de inculcarles el hábito

Es más importante “crear” atletas, que no futbolistas. Es decir, es más importante inculcar el hábito de hacer deporte que no el que solo se dedique a un deporte en concreto a modo obsesión. Para ello es básico que la prioridad sea la diversión. De hecho, muchos niños acaban abandonando el deporte por falta de diversión, provocada por la presión que ejercen los progenitores ante el deporte.

Los niños ya de por si son competitivos, si además los adultos  potenciamos este comportamiento no les estamos favoreciendo en absoluto.

-Demasiadas instrucciones bloquean

Hay niños que aún no han aprendido las tablas de multiplicar en el colegio pero ya reciben una infinidad de instrucciones técnicas en el deporte. Con esto los entrenadores y padres solo consiguen bloquearle; el niño no comprende tantas instrucciones seguidas.

-No criticar sus errores

Los niños se frustran con bastante facilidad, y más si son los padres los que los están corrigiendo. En el ámbito deportivo acaban fracasado cuando reciben constantes críticas, pierden la confianza en si mismos. Es esencial que  el niño sienta el apoyo de sus padres en todo momento, tanto si las cosas van bien como si no.

-Hay más temas de conversación:

La actividad deportiva no puede ser el único tema de conversación, ya que nuestros hijos se sentirán presionados y obligados a tener que hacerlo bien porque saben que los padres le dan mucha importancia a ese factor. Y si para el niño el deporte empieza a convertirse en algo negativo no le está favoreciendo absolutamente en nada. La práctica deportiva ha de sumar

-Ser un ejemplo para los pequeños

Si los padres desprestigian a los entrenadores, árbitros… los niños adquieren este mal hábito de no respetar y de echar las culpas a los demás de las derrotas. Esta es una consigna básica que, demasiado a menudo, muchos padres descuidan e ignoran. ¡No lo hagáis vosotros, por favor!