La móvil dependencia de los niños es una de las cuestiones que más suele preocupar a los padres. Se trata de un fenómeno que también afecta a muchos adultos, aunque en la infancia puede ser más determinante ya que hablamos de una época fundamental de aprendizaje donde se genera la curiosidad del niño, su desarrollo tanto físico, psíquico como neurológico, siendo la época en la que adquieren los valores que les acompañaran en su vida.
A pesar de ello, son los propios padres o tutores quienes entregan los teléfonos a los niños con el objetivo de que se distraigan para conseguir un fin concreto (que coman, que no molesten y se entretengan durante un periodo concreto), proporcionándoles una tecnología que puede ser muy útil, por un lado; pero que al mismo tiempo también les desconecta de su entorno más inmediato, creando estímulos que tienen disponibles a todas horas con un solo click y que pueden conllevar en nuestros pequeños dificultades en el aprendizaje, e incluso, en la interacción afectiva.
Esta dependencia queda patente cuando les dosificamos el tiempo del uso del móvil o lo confiscamos temporalmente como castigo, en cuyo caso muchos niños se ponen nerviosos, se angustian y presentan niveles altos de ansiedad, lo que puede derivar en conductas alteradas gravemente, precisando de la asistencia de urgencia en los pequeños.
Por todo ello los expertos recomiendan establecer una serie de normas para el uso del móvil. Por ejemplo, fijar unos límites de gasto mensual y tiempo de uso, apagar el teléfono cuando no se necesite y mentalizar al niño de que el móvil no es un juguete. También es aconsejable que los padres conozcan los dígitos de acceso al móvil, así como que se limiten espacios libres de teléfonos móviles para hacer hincapié en un uso razonable de estos dispositivos
Y recordar que, como en prácticamente todas las facetas, los padres sois el espejo en el que los pequeños se miran día tras día y el baluarte primordial en su educación y aprendizaje, por lo que en este sentido también deberíais ser muy cuidadosos con el uso y el tiempo que le destináis a vuestro teléfono móvil, especialmente delante de vuestros hijos. Hay que predicar con el ejemplo.