En este post continuaremos con algunos consejos prácticos para ayudar a vuestros hijos a comenzar con buen pie el nuevo curso escolar, especialmente en este mes de octubre, cuando muchos de ellos han cambiado el horario y han comenzado a ir por la tarde.
Las actividades extraescolares son una de las asignaturas pendientes para muchos padres, empeñados en sobrecargar a sus hijos con múltiples facetas que ahogan su espacio propio, les resta tiempo para acometer las tareas escolares y les satura de contenidos. Además de preguntarles a ellos sobre qué les interesa más también puede ser útil enterarnos de cuáles son esas actividades que eligen los compañeros, con aquellos que se sientan mejor y más protegidos.
En todo caso es fundamental no hacer comentarios negativos ni establecer metas u objetivos que se puedan provocar un exceso de autoexigencia por parte del propio niño. En este sentido, como en otros, conviene recordar que estamos a comienzos de curso, un periodo de adaptación donde debemos ser comprensivos con sus necesidades y ritmos.
Trasmitir un buen ejemplo es esencial. Una consigna que debemos aplicar en todas las facetas y en cualquier momento, no sólo en el arranque del nuevo año escolar. Los niños pequeños suelen tomar como referente a sus padres y si estos no muestran una actitud positiva a su reincorporación laboral después de vacaciones, difícilmente los pequeños mostrarán una actitud positiva.
Involucrar a los más pequeños en los preparativos del nuevo curso es otra consigna a considerar. Proponerles que os acompañen a por los libros, material escolar o a comprar el uniforme. También que sean capaces, progresivamente, de ocuparse de sus propias cosas (forrarse los libros, hacerse y deshacerse la mochila, revisar el horario, llevar al día su agenda de deberes y obligaciones, etc.) les ayudará a responsabilizarse y a madurar.
Establecer una rutina diaria les ayudará a encontrar tiempo para todo o, cuanto menos, para lo más importante. Conviene insistirles mucho en que cumplan unos horarios establecidos, los cuales no se deben cambiar salvo por fuerza mayor y de manera esporádica; y a que sean escrupulosos con el tiempo que le deben dedicar a cada actividad. Convencerles, en este punto, de que si son organizados y disciplinados hallarán tiempo para todo, también para su propio entrenamiento y diversión.