Los que tenéis hijos que ya van al colegio estáis acostumbrados a que lleguen por la tarde cargados con deberes. No vamos a plantear el debate (que sí hemos tratado en algún que otro post del blog de Xiquets.net) sobre la conveniencia o no de que los niños hagan tarea fuera del horario escolar, aunque sí que vamos a daros unas pautas para que ayudéis a vuestro hijo con la realización de la misma.
Inicialmente es fundamental conocer qué está estudiando, cómo es el ambiente de la clase/colegio y cuál el rendimiento del niño. Os aconsejamos, en este sentido, que os reunáis periódicamente con el tutor y/profesores para intercambiar impresiones, siempre en una actitud abierta y constructiva. Se trata de sumar esfuerzos, no de buscar conflictos a la hora de buscar responsabilidades o posibles culpables.
Sería interesante que acudierais tanto a las reuniones escolares que se lleven a cabo como a las posibles conferencias y/o jornadas de formación que se organicen entre padres y maestros. Del mismo modo, instituciones como el ayuntamiento de vuestro municipio o la administración autonómica suelen organizar charlas periódicas sobre aspectos interesantes relacionados no sólo con el colegio, sino también con los hábitos sociales y conductuales de distintas edades.
En caso de detectarse problemas de aprendizaje, consultar con los docentes y la dirección del colegio la posibilidad o necesidad de que el niño tenga un refuerzo específico en alguna materia. La consulta con los profesores y el departamento de orientación, formado por psicólogos y pedagogos, puede resultar muy útil para aconsejaros, según las carencias que pueda presentar vuestro hijo. En este caso no hablamos sólo de clases particulares fuera del colegio, sino de adaptaciones y horas de refuerzo en el mismo centro, si es que existe esta opción.
Supervisar la tarea es otra práctica que os recomendamos. No se trata de que hagáis los ejercicios o estudiéis por ellos, puesto que ni debéis hacerlo ni es este el objetivo. Pero sí que les echemos una mano en un momento determinado (si vemos que ha intentado resolver un problema y no ha podido) pero siempre dándole unas pautas para que pueda acabar o corregir por el mismo las tareas. Y cuando hablamos de supervisar, también nos referimos a verificar que ha hecho los trabajos pendientes, para evitar que se haya despistado o que se acostumbre a no hacer los ejercicios que le mandan para casa. Hay que hacerles comprender que todos tenemos obligaciones y, entre las de ellos, están básicamente los estudios.
A todo ello también ayudará si preparamos y acondicionamos un lugar específico y fijo para que nuestro hijo estudie, si marcamos una hora concreta de principio y fin de los deberes que debe realizar (podemos consensuarla con ellos tras comprobar la cantidad y el tipo de ejercicios pendientes) y eliminar, durante las horas de estudio, distracciones tan comunes hoy día como el televisor, el móvil y las redes sociales.
¡Ánimo y a por ello!