Los niños y las redes sociales: Qué utilizan, cuánto tiempo y a qué edad

El uso de las redes sociales en los niños y adolescentes se ha incrementado exponencialmente en los últimos años gracias al desarrollo de nuevas plataformas sociales y a las nuevas funcionalidades de las redes ya existentes. En la actualidad, los menores destinan, diariamente, más de 3 horas de su vida a realizar cualquier acción en sus perfiles sociales. Además, la frecuencia de conexión de una cuarta parte de ellos, es de más de 10 veces al día (muy superior en redes sociales como WhatsApp).

La edad media de inicio al mundo de Internet se establece en 7 años. Los niños empiezan a necesitar sentirse parte de un grupo social cuando son un poco más mayorcitos. Por ello, pasan más tiempo conectados en redes sociales tratando de interactuar con sus amigos o seguidores que, comiendo, durmiendo o estudiando, por ejemplo. Tienen la necesidad de hacer amigos, y para ello chatean, envían fotos, mensajes y vídeos, descuidando en muchas ocasiones su intimidad.

La configuración de los perfiles

Las estadísticas dicen cerca del 25% configura su perfil en modo público, es decir, sin ningún tipo de restricción. Y tres de cada diez hace visible el nombre de su escuela. Además, cuánto más mayores son, más datos aportan todavía. Así es como el 90% de los más jóvenes comparte su número de teléfono y un 10% su el nombre de su ciudad.

¿Qué redes sociales son las más populares?

En cuanto a las redes sociales más utilizadas, por niños y adolescentes, destacan las conocidas Instagram, WhatsApp y YouTube. También está teniendo cada vez más aceptación Snapchat (aplicación móvil de mensajería instantánea en la que las fotos y videos pueden ser visualizados durante 10 segundos para, a continuación desaparecer.)

Sin duda son los Smartphone los dispositivos por excelencia para el uso de redes sociales en los niños y adolescentes. La portabilidad de tales dispositivos ha favorecido al aumento de la frecuencia de navegación en redes sociales entre los más pequeños, también por sus necesidades de aceptación social.

Evidentemente, prohibir por completo el uso de las redes sociales no es la mejor solución en este mundo globalizado donde internet y los móviles manda, aunque restringirlo o, cuanto menos, establecer unos límites o controles será conveniente cuando hablamos de menores.

Navegar seguros en la Red

Recientemente se ha celebrado en toda Europa el denominado Día de la Internet Segura, un evento promovido por la red INSAFE/INHOPE con el apoyo de la Comisión Europea, que se celebra cada mes de febrero con el objetivo de promover un uso seguro y positivo de las tecnologías digitales, especialmente entre niños y jóvenes.

La razón queda justificada si nos atenemos a las cifras, cuando hablamos de menores: El 64% de niños entre 2 y 8 años posee un dispositivo propio con el que puede conectarse a la red, con predominio de la tablet (38%) frente al smartphone (26%), y un 52% lo utiliza a diario, como se extrae de una encuesta realizada por Lingokids.

En cuanto al tiempo que dedican en cada sesión, el 54% de los niños emplea entre 30 y 60 minutos al día, y un 32% afirma destinar más de una o dos horas. En el cómputo semanal, un 43% de estos menores pasa más de 6 horas con dispositivos móviles, y un 32% entre 4 y 6 horas semanales.    Por tipo de contenidos, un 29% de los niños accede a Internet para ver vídeos de YouTube, seguido de los que se conectan para ver películas y dibujos animados (23%).

Estos datos evidencian la necesidad de proteger la seguridad y privacidad en internet de niños y adolescentes, a los que los expertos desaconsejan airear públicamente todos sus datos personales por los riesgos que les puede acarrear. Asimismo, tanto para ellos como para sus padres, se recomienda seguir una serie de pequeños «trucos» para disfrutar de las redes sociales de forma segura. Entre otros, usar siempre la identidad real en la plataforma y denunciar a los que no lo hagan, escoger bien a los amigos, crear contraseñas difíciles, alertar de los contenidos abusivos o iniciar y cerrar las sesiones de forma segura.

Pero el principal de todos ellos es no subir imágenes ni compartir fotos, especialmente con imágenes que pueden resultar comprometidas o subidas de tono, ya que la red es un refugio para muchos pederastas, que aprovechan cualquier motivo o excusa para intentar contactar con los menores y aprovecharse de ellos.

También es aconsejable que conozcan qué está permitido en la red y qué puede constituir delito, así como conocer los sistemas de protección digital y saber cómo salvaguardar su identidad digital pese a las continuas demandas de información y datos de contacto que recibimos cuando navegamos.

¿Cuándo debería comprarle a mi hijo un teléfono móvil?

Es inevitable y puede ser que también conveniente que mi hijo tenga un teléfono móvil. Ahora bien, ¿Qué uso le va a dar? Y, sobre todo, ¿A qué edad se lo compro?

Ciertamente dejarles el teléfono móvil a los niños desde muy corta edad se ha convertido en una escena muy habitual entre familias de todo el mundo. El problema, tal y como apuntan muchos pediatras, es que un teléfono no es un juguete, por lo que no pueden ni deben hacer el mismo uso de este dispositivo del que hacen con sus juegos tecnológicos.

La necesidad de socialización suele ser una de las razones para que un niño de 12 años insista en tener un teléfono móvil. Todos los amigos, o muchos de ellos, tienen uno, lo que implica que nuestro hijo también quiera el suyo para no ser menos y evitar sentirse excluido.

Esta especie de cambio social aparece justo cuando empieza la adolescencia. Y es en este punto cuando es importante analizar las razones que justifican por qué queremos darle un teléfono móvil: si realmente lo necesita o si estamos cediendo ante una presión social.

Además, la pregunta no es tanto a qué edad, sino saber qué tipo de dispositivo darle. Y siempre establecer reglas antes de suministrarle el aparato. Con un niño de 14 o 15 años es más difícil poner límites, pero con uno de 12 aún llegamos a tiempo y puede resultar más sencillo.

Por ejemplo, su primer teléfono móvil no tiene por qué tener acceso a internet. Es una característica que podemos regular desde el principio e, incluso, negociar con nuestro hijo para que sólo pueda conectarse al wifi de casa durante un determinado tiempo o franja horaria.

Asimismo también es conveniente que a determinadas horas, como las del desayuno/comida/cena, no haya ningún aparato sobre la mesa. Y que apaguen el teléfono móvil antes de irse a dormir. Los especialistas puntualizan que la luz azul del teléfono tiene un efecto negativo en las hormonas que garantizan un sueño profundo. Ningún niño puede rendir bien al día siguiente si no ha dormido bien por la noche.  Tampoco habrá que dejarle que descargue ciertas aplicaciones ni que lo utilice para jugar.

Resumiendo, os dejamos algunas pautas a seguir:

  • Dejar a un lado los prejuicios: no todos los niños son iguales.
  • Buscar el momento adecuado: no lo ofrezcas como un regalo, sino como algo que le prestas.
  • Configurar el teléfono adecuadamente: con una cuenta de usuario en la que el niño esté dado de alta como menor, de manera que necesite tu aprobación cada vez que quiera descargarse una aplicación.
  • Establecer normas y hablar más: no se trata de prohibir, sino de establecer reglas de uso y educarles en el uso de la tecnología.

La clave consiste en no darles a los niños demasiada autonomía y en educarles para que aprendan a gestionar la tecnología a la que les damos acceso.

Al cole en coche, pero seguros

En anteriores posts de la Guía Xiquets.net, la guía de las familias de La Marina, nos hemos referido ya a la Vuelta al Cole, incidiendo en cuestiones como el material escolar o las mochilas. Hoy, sin abandonar esta temática relacionada con el mes de septiembre, queremos abordar otro tema no menos importante: el transporte de los niños y, más concretamente, cómo los llevan sus padres en sus vehículos, a fin de evitar sanciones o, peor todavía, accidentes.

Es cierto que, por regla general, hablamos de trayectos cortos, pero no por ello resultan menos peligrosos. Al contrario: es en vías secundarias, determinadas franjas horarias y zonas que frecuentamos habitualmente donde se registran muchos accidentes. Las prisas, la mayor densidad de tráfico y la confianza hacen que haya que extremar las medidas de precaución, especialmente si llevamos niños a bordo.

Recordaros que el niño debe viajar en una sillita o elevador adecuado a su talla y peso. De hecho, según el Reglamento General de Circulación, los menores con una estatura igual o inferior a 135 centímetros tienen que ir sentados en un sistema de retención infantil (SRI) y correspondientemente abrochados.

Apuntar, en este sentido, que llevar a menores en el vehículo sin su correspondiente sistema de retención infantil o sin que estén adecuadamente sujetos con el arnés o el cinturón abrochado es una infracción grave. Esto supone una multa de 200 euros y la retirada de 3 puntos del carnet de conducir.

Asimismo deben acomodarse siempre en la parte posterior del coche, salvo que el vehículo sea biplaza o cuando todas las plazas traseras estén ya ocupadas por otros menores de las mismas características. Otro punto importante es la orientación de la sillita, que colocada en sentido inverso a la marcha mejora la seguridad del pequeño en caso de impacto

Mochilas y otros objetos, en el maletero

En los desplazamientos en coche al colegio es importante transportar las mochilas y otros objetos en el maletero. En el habitáculo, nunca debe haber objetos sueltos, ya que se pueden convertir en un peligroso proyectil en caso de frenazo brusco o accidente. Llegados a destino los ocupantes es mejor siempre que bajen del vehículo por el lado de la acera o miren muy bien hacia atrás para cerciorarse de que no se acerca ningún vehículo que pueda atropellarlos. Toda precaución es siempre poca. Por eso, al cole pero seguros.

Cómo cuidar a mi bebé en verano

El verano ya está aquí y llegó para quedarse. Buen tiempo, días largos, temperaturas altas, sol, calor, la playa, la piscina…todo perfecto para los mayores y no tan mayores. Pero también condiciones diferentes para nuestros bebés, con los que debemos tomar una serie de precauciones para evitar problemas. Desde la web de Xiquets.net, la revista para las familias de La Marina, os hacemos llegar una serie de consejos que os pueden ayudar:

-Hidratación: Es conveniente y necesario mantener a nuestro bebé continuamente hidratado, dado que la proporción de agua en su cuerpo es mayor y su equilibrio más débil. Una excesiva pérdida de líquidos puede tener graves consecuencias para su organismo, es por ello que hay que tener especial precaución en verano.

Si toma pecho no hace falta darle agua, pero es recomendable aumentar la frecuencia de las tomas. Si toma biberón habría que ofrecerle agua mineral para reforzar las tomas. Otras recomendaciones a seguir son:

  • Mantener su piel hidratada
  • Vestirlo con ropa fresquita
  • Cubrirle la cabeza,
  • No exponerlo al sol durante las horas centrales del día.

-Más seguridad: Como hemos dicho, en verano es frecuente que vayamos a la playa o a la piscina. Recordad que siempre que hay agua y niños, toda precaución es poca ya que el riesgo de ahogamientos en verano es muy alto. Por tanto, los bebés no deben quedar sin vigilancia ni por un segundo. Por eso, si vais a la playa o a sitios con mucha gente es conveniente colocarles una pulsera de seguridad con el número de teléfono de los padres.

-Protección solar: La piel del bebé es extremadamente sensible a las radiaciones solares. Es imprescindible protegerlo del sol con sombreros, gafas de sol para evitar problemas oculares, ropa transpirable y por supuesto, crema con factor de protección solar. Debe usarse el fotoprotector más adecuado para su tipo de piel, siendo el recomendado para los bebés una protección no menor de FPS 20 e idealmente de 40 o 50.

Tan importante como elegir la protección solar más adecuada es aplicar correctamente la crema solar al bebé, siempre 30 minutos antes de la exposición al sol y evitando las horas de sol más directo.

Nos vamos de viaje en Semana Santa: ¡Todos al coche!

Ya está aquí la Semana Santa. Muchos de vosotros están deseando que lleguen estos días de descanso para tomaros un respiro y hacer una escapada con la familia. El destino casi es lo de menos. Lo importante es coger aire y desconectar de la rutina. Pero, antes de comenzar el viaje: ¿Todo en orden?

La mayoría optáis por el coche, bien por economía, por comodidad o por libertad, tanto en los horarios como en el ritmo de viaje. Sin embargo, los niños suelen aburrirse pronto al encontrarse en un espacio cerrado y sin mucho que hacer. Llevar juegos o reproductores de DVD portátiles es un recurso muy utilizado y efectivo.

Pero más allá de que se diviertan, lo importante es que todos estén seguros a bordo. En alguna ocasión ha os hemos hablado en el blog de Xiquets.net de los tipos de sillas homologadas así como de otros mecanismos de seguridad en el vehículo, pero vamos a hacer un poco de memoria repasando aquellas más importantes para que nadie se descuide y evitar sustos, que al fin y al cabo es lo más importante.

La seguridad en automóvil es un elemento fundamental, por eso los padres extremamos la precaución para tener a punto todo los elementos a nuestro alcance.

Activar el cierre centralizado y los seguros para niños en las puertas nunca está de más. Todo lo contrario. Por supuesto todos los ocupantes del vehículo deben estar perfectamente ubicados en él y tener colocado el cinturón de seguridad. Como hemos dicho,  las sillitas donde van los más ‘peques’ deben estar homologadas y ser las adecuadas a la edad, al peso y altura, recomendándose situar al niño en el asiento central trasero ya que, al estar más lejos de las puertas laterales, es más seguro en caso de impacto.

Recordar también  que los bebés de menos de un año y nueve kilos de peso deberían viajar mirando hacia atrás, en sentido contrario de la marcha del coche. El motivo es que la proporción de peso de la cabeza con respecto al cuerpo es muy grande y, en caso de frenazo o golpe frontal, el daño es menor. En sentido contrario, el movimiento de reacción se ve contrarrestado por el propio respaldo de la sillita.

Si ya lo tenéis todo previsto y comprobado… ¡Buen viaje y a disfrutar!

¿A qué edad podemos dejar a los niños solos en casa?

Hoy en día los adultos (y casi que también los niños) tenemos un sinfín de ocupaciones y obligaciones. Dependiendo de los días y las horas, dejar a los peques para poder hacerlas puede ser relativamente sencillo o convertirse en un problema, especialmente si no tenemos abuelos, familiares o canguros de los cuales echar mano en un momento determinado o en caso de urgencia.

Ante esta realidad, muchos padres se preguntan desde cuándo podrán dejar a sus hijos solos en casa o si existe una edad legal para esto. Actualmente, la ley española no recoge una edad mínima en la que se regule la posibilidad de dejar a un menor solo en una vivienda, si bien abandonar al niño o dejarlo desamparado puede comportar consecuencia legales importantes, desde sanciones a  la intervención de los servicios sociales o incluso el poder solicitar la retirada de la custodia por negligencia o desamparo si se concluye que el niño está en una situación de riesgo.

Más allá de la legislación, psicólogos, pedadogos o pediatras no se ponen de acuerdo sobre cuándo es la edad más indicada para poder dejar solos a nuestros hijos en casa, señalando que se trata más de una cuestión de madurez individual que de edad cronológica. Si hay que concretar una edad, los expertos señalan que  en caso de no tener más remedio, no debería ser antes de los 9 o 10 años, dependiendo siempre de esta madurez a la que aludimos.

Sin embargo, un informe promovido por la Fundación Mapfre y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria cuyo título es “Accidentes de la población infantil española” y que indica que el 9,1% de los menores de 12 años se quedan en casa solos y, que de estos, el 5% tiene menos de cuatro años. Estamos hablando por lo tanto de menores sin las capacidades necesarias para cuidar de sí mismos y menos aún de un hogar.

No es fácil mesurar la madurez de los niños para saber si están preparados, aunque hay una serie de parámetros que nos pueden servir de indicadores. Por ejemplo, asegurarnos de que el niño obedece las normas y sabe cuáles son los límites que no se pueden traspasar, si tiene conocimientos para cuidar de sí mismo mientras permanezca solo o su capacidad para saber a quién llamar en caso de emergencia. Conocer los posibles peligros que entrañan los electrodomésticos o ser prudente son otros factores que deberían tener muy presentes los niños antes de quedarse solos en casa.

Qué es el Grooming y cómo prevenirlo

Hay un fenómeno reciente que ha aparecido con la irrupción de internet y las redes sociales en nuestras vidas y que se ha convertido en un problema que debemos considerar. En esta nueva entrada de Xiquets.net queremos hablaros del Grooming. ¿Habéis oído hablar de él? ¿Lo conocéis?

El Grooming es un fenómeno de engaño en el que un adulto se pone en contacto a través de la red con un menor de edad (normalmente una chica) haciéndose pasar normalmente por un adolescente con el objetivo de controlarla emocionalmente y abusar sexualmente de él o ella. Y es que a través de la red es fácil inventar un personaje y hacer pensar a un/a adolescente que está comunicándose con alguien de su edad y con unas características determinadas.

El sujeto en cuestión  estudia previamente el perfil de la víctima en las redes sociales creando un perfil falso con fotografías y gustos atractivos para las menores. Tras un tiempo ganándose su confianza logran que la víctima le admita como amigo en sus redes sociales. Más tarde tratan de seducirlas intentando obtener alguna imagen íntima o información comprometida. Una vez obtenida el agresor amenaza con mostrar a su grupo de iguales esa imagen o información si no lleva a cabo el comportamiento sexual que él desea… así comienza en muchos casos la extorsión. Este proceso encierra a la víctima en un círculo vicioso de difícil salida.

¿Qué podemos hacer para tratar de evitar el Grooming?

Si tu hijo/a es adolescente háblale de este fenómeno y de las consecuencias de caer en este tipo de manipulaciones y engaños. Utiliza para ello algún ejemplo.

-Habla con tu hijo/a de la sexualidad como un fenómeno normal que todos los seres humanos tenemos a partir de la adolescencia, evita hacer de este tema un tabú familiar. De este modo favorecerás que hable contigo cuando tenga algún problema.

-Hacerles ver que, aunque sean expertos, no son los únicos que manejan las nuevas tecnologías, y que el uso de éstas también puede conllevar situaciones de peligro y hacerles vulnerables.

-Deben ser conscientes de que no deben proporcionar nunca a nadie, a través de Internet, imágenes o información íntima o comprometedora, por mucha confianza que tengan con el posible receptor.

-Es importante que el ordenador de vuestros/as hijos/as no tenga Web Cam o bien, que ésta se tape con una pegatina. Es una forma de proteger la intimidad de vuestros/as hijos/as. Y, a ser posible, que no pasen mucho tiempo aislados utilizando el ordenador. Para ello será bueno que este dispositivo esté situado en un lugar de la casa donde tenga fácil acceso el resto de la familia.

-Y, ante cualquier situación de riesgo o sospecha, no dudéis en denunciar esta situación para cortar cualquier posible capítulo de Grooming.

 

¿Poner fotos de mis hijos en Facebook o Instagram?

La irrupción de las redes sociales ha cambiado nuestras vidas y la de nuestras familias. La forma de relacionarnos, el acceso a información que forma parte de la vida íntima o personal, la privacidad… y también la seguridad. Y cuando hablamos de menores, todavía más, especialmente por la práctica habitual de subir foto, vídeos e identificar a sus protagonistas.

En primer lugar cuando publicamos fotos de nuestros hijos en la red estamos haciendo público un espacio que, teóricamente, corresponde a la escena privada. No debería pasar nada, pero es cierto que en internet se mueven también pederastas y otros perfiles similares que sienten fijación extrema por ver a menores con determinadas pintas o en contextos concretos.

No es cuestión de alarmar, ya que colgar una foto de nuestro hijo en Facebook o Instagram no tiene porqué desembocar obligatoriamente en un episodio de estas características, pero no es menos cierto que tengamos más que ganar que perder. Es como aquel dicho de: “Evita la ocasión y evitarás el peligro”.

Más allá del debate sobre “a dónde van a parar estas fotos” y el evidente peligro que esto supone, existe otra cuestión que rara vez nos planteamos cuando compartimos fotos de familiares, amigos o de nuestros propios hijos. Y es la vulneración de su derecho a la intimidad. Un derecho, que también en el caso de los niños, está protegido por distintos reglamentos tanto a nivel nacional como internacional, y que los padres y Estados (en última instancia) deben respetar y –sobre todo- proteger.

La privacidad de los niños españoles está defendida por la Ley española de Protección del Menor, el Reglamento de Protección de Datos de la Unión Europea y la Convención de Derechos de los Niños. La ley deja bien claro que, en caso de existir una sobreexposición, podría considerarse que los padres están incumpliendo su obligación de proteger al menor.

De hecho, los psicólogos insisten en que la vida privada del niño es suya, no de sus padres. Por tanto, y aunque nos puede parecer muy gracioso y simpático, y ese a hacerlo sin maldad, al niño igual no le gusta tanto aparecer de determinadas maneras o con algunas vestimentas en internet. Resultan todavía extrañas las quejas de los niños y los menores, pero los expertos aseguran de que, en un futuro, éstas irán a más.

¡Cuidado con los andadores!

Los andadores son un instrumento habitual en muchos hogares.  No se trata de poner en duda su utilidad, necesidad o conveniencia, si bien es cierto que hay que ser conscientes también de sus características y posibles riesgos. Y es que, según la Alianza Europea para la Seguridad Infantil, los andadores influyen en un buen número de accidentes domésticos que sufren nuestros hijos. Las estadísticas a nivel europeo dicen que cada año se producen aproximadamente 580 lesiones en niños de entre 0 y 4 años de edad relacionadas con andadores.

Los principales percances son las caídas por las escaleras (ocurre con frecuencia cuando los cuidadores no instalan barreras protectoras en lo alto de las escaleras y pueden causar lesiones considerables en la cabeza), vuelcos (los andadores pueden volcar cuando los niños tratan de cruzar superficies irregulares tales como puertas o alfombras), el contacto con elementos peligrosos (cables eléctricos, cazuelas con agua hirviendo, cortinas u objetos en mesas) o quemaduras (al tocar superficies calientes como las puertas del horno, radiadores, calentadores y chimenea; y/o volcar líquidos calientes como sopas, cafés o aceite caliente).

En resumen, detrás de todos estos riesgos están dos características que convierten a los andadores en elementos potencialmente peligrosos: el aumento de la movilidad/velocidad y la altura elevada que obtiene el niño en un andador.  Por ello, si decidimos comprar un andador, se ha de utilizar de forma segura. Será necesario, entre otras cuestiones, comprar una barrera de seguridad para las escaleras y asegurarse de que está cerrada en todo momento, así como evitar que el niño utilice el andador en la cocina, manteniendo  cazuelas y elementos calientes alejados de los bordes de mesas y encimeras.

Los cables eléctricos también son un foco de riesgo, por lo que habrá que evitar aquellos que cuelguen así como retirar electrodomésticos de fácil acceso. Tampoco es aconsejable que el niño utilice el andador en habitaciones con chimeneas u otros sistemas de calefacción expuestos; y, por supuesto, mantener al pequeño alejado de los baños, piscinas y otras fuentes de agua cuando utilice el andador. Restringir su uso a superficies exclusivamente lisas es también conveniente.

Sin embargo, y por encima de todas, lo más importante es permanecer con el niño cuando utilice este instrumento, ayudándole en caso de que tenga algún problema. Recuerda que: evitando el riesgo, evitamos el peligro.  Es un consejo de Xiquets.net, la guía de las familias de La Marina.