¿Sol? Sí, pero con moderación y mucha protección

El sol no es el enemigo de los niños. Al contrario, es necesario para nosotros y también para los pequeños, ya que se requiere para la síntesis de vitamina D, produce efectos beneficiosos a nivel psicológico y también tiene ciertas propiedades antiinflamatorias.
Sin embargo, no es menos cierto que una quemadura solar, además de las alteraciones perceptibles, produce anomalías invisibles en las células, que son acumulativas y provocan la aparición de pecas, arrugas y cáncer cutáneo, duplicando así el riesgo de melanoma. Por ello, y sin caer en extremismos, en imprescindible que tomemos el sol pero con precaución, calculando el tiempo y siempre con la fotoprotección adecuada. En este sentido los niños de piel clara y los pelirrojos deben tener más cuidado pues tiene riesgo de quemarse más fácilmente.
La piel tiene memoria
Los expertos indican que la mayor parte de casos de cáncer de piel se debe a hábitos de exposición inadecuados durante la infancia y juventud. Si a eso añadimos que el 80% del daño solar se produce antes de los 18 años, no hay ninguna duda de que la educación y la protección de la piel durante la infancia y adolescencia resultan indispensables para evitar casos en el futuro.
Es una cuestión de hábitos y de educación, que hemos de adquirir durante nuestra infancia, y que depende en gran medida del ejemplo y la actitud de los padres. Los estudios indican que el 35% de los padres con hijos mayores de 10 años solo los protegen cuando calienta más el sol, y que también se tiende a reducir el uso de gorra o visera, ropa y sombrilla, por no hablar de la nula protección durante los recreos.
Es cierto que las campañas de información y los mensajes de los pediatras y dermatólogos han conseguido concienciar a los papás de que la piel del bebé es más delgada, no tiene totalmente desarrollados los mecanismos naturales de fotoprotección ni de reparación del daño celular inducido por la radiación solar y que por todo ello debe evitarse su exposición al sol, especialmente durante el primer año de vida, siendo preferible no aplicar ningún fotoprotector en la piel durante los primeros seis meses.
No obstante, cuando el niño se vuelve más autónomo, no prestamos tanta atención a esta cuestión, a pesar de que pasa más tiempo al aire libre y necesitará usar otras cremas fotoprotectoras y en otras cantidades.
Consejos para una buena protección solar:
• Evitar la exposición solar entre las 11 y las 17 horas.
• Cobijarse bajo las sombras.
• Protegerse con sombreros, ropa adecuada y gafas con filtro UV.
• Aplicar protectores solares de amplio espectro (UVA y UVB), con factor de protección solar (FPS) de 30 o más, de manera generosa, 20 o 30 minutos antes de exponerse al sol, cada hora y media y tras el baño.
• Conviene que los niños menores de seis meses no sean expuestos al sol.

El asma en los niños ¿Qué sabemos de ella?

A comienzos de este mes de mayo se celebró el Día Mundial del Asma, una patología respiratoria crónica que afecta al 12% de la población infantil en España.  El asma es una de las enfermedades más frecuentes entre los niños,  hasta el punto de que es la enfermedad que provoca más hospitalizaciones y ausencias escolares entre nuestros pequeños.

Sus principales síntomas, como bien sabréis aquellos de vosotros que tengáis niños asmáticos, es la inflamación y obstrucción de los bronquios, es decir, de los conductos por los que circula el aire, impidiendo que el oxígeno llegue correctamente a los pulmones y provocando, por consiguiente, que el niño no pueda respirar y tenga sensación de ahogo. Es lo que se conoce como disnea (o dificultad respiratoria), sibilancias (silbidos en el pecho) y tos.

El diagnóstico precoz es el aspecto en el que más insisten los especialistas, tanto en adultos como en niños. En cuanto a estos últimos, los pediatras consideran esencial realizar una identificación temprana de los síntomas, sobre todo para que la enfermedad no limite la actividad habitual de los niños, especialmente aquella relacionada con el deporte y la actividad física, que tan importante suele ser a estas edades para la formación y crecimiento de los pequeños.

Los médicos insisten en que, para un niño que sufre asma, lo más importante es poder realizar su vida cotidiana, desde ir al colegio hasta descansar por las noches, pasando por hacer deporte o jugar al aire libre. En este sentido subrayan la importancia de tratar la enfermedad para que los síntomas no impidan al pequeño hacer vida normal y produzcan un agravio comparativo, dificultado su desarrollo personal y relacional.

La conciencia y sensibilidad de los padres, de todos vosotros, es esencial para disminuir los síntomas y facilitar a vuestro hijo que pueda llevar una vida absolutamente normal, con las precauciones habituales que pueda aconsejar o prescribir el médico, dependiendo siempre de la patología concreta que presente cada niño.

¿Qué hacer ante un ataque de asma?

Desde Xiquets.net, y siguiendo la recomendación de los especialistas, aconsejamos:

-Mantener la calma.

-Utilizar inmediatamente el inhalador, si es que así se está haciendo habitualmente por prescripción médica.  Y si el médico ha recomendado un medicamento con cortisona, es importante tómalo lo antes posible.

-Sentarse inclinado hacia adelante, posar los antebrazos en los muslos o una mesa y relajar los hombros y la cabeza.

-Respirar lentamente por la nariz, manteniendo la boca cerrada e inflando ligeramente los carrillos.

Cómo proteger la piel de tu bebé

La piel de un bebé es muy sensible y todavía más cuando llegan los días más largos y de mayor radiación ultravioleta. Si nosotros ya nos sofocamos y llegamos a agobiarnos en algunas situaciones, a ellos les pasa lo mismo. Por eso debemos tener en cuenta que hay que evitar exponerlos al sol y el calor en momentos del día con altas temperaturas, y esperar en esos días extremos a que la tarde “refresque” para salir a pasear.

 

Recuerda que no podemos proteger a nuestro bebé con cremas solares antes de los 6 meses, por eso debemos tomar todas las precauciones posibles para resguardarlo del sol. Por ejemplo, salir a pasear con capota, mantener a nuestro bebé a la sombra en las horas centrales del día, ponerle gorrito y sobre todo, evitar que le dé el sol de forma directa. A partir de los 6 meses ya podemos utilizar cremas solares que nos aseguren una buena protección incluso en días nublados, pero no debemos dejar de tomar las medidas que hemos dicho para evitar exponerlo al sol.

 

Recuerda que en los días nublados es cuando más sol se coge. Además, la piel de un bebé no es como la nuestra y enseguida puede quemarse, por eso aconsejan no quitarles la camiseta en la playa o por la calle aunque haga mucho calor. Una buena crema solar, adaptada a su edad –o meses- y al tipo de piel de nuestro bebé es lo más aconsejable en cualquier caso. Lo mejor será preguntar en la farmacia habitual o consultarlo con nuestro pediatra, ellos serán los que mejor te informarán para la mejor protección solar para el bebé.

 

Algunos consejos para cuidar la piel de nuestro bebé:

 

-Hidrata la piel de tu bebé varias veces al día. Es preferible que lo hagas varias veces al día con poca cantidad de producto, a que lo hagas pocas veces y con mucha cantidad. Después del baño es uno de los momentos perfectos.

-Cambiar el pañal de forma frecuente. Lo más aconsejable es utilizar pañales de alta absorción para evitar en la medida de lo posible que el culito del bebé esté húmedo durante mucho tiempo.

-Limpiar al bebé con toallitas o una esponja húmeda. Cuando les cambiamos el pañal debemos fijarnos en que queden bien limpitos.

-Usar crema en pasta o pomada. Así evitaremos que les salgan rojeces o irritaciones cada vez que les cambiamos o a causa de la humedad.

-Usar ropa natural. Debemos ver que la ropa de nuestro bebé sea siempre de tejidos naturales, como el algodón, por ejemplo. Y lavarla siempre con detergente suave, sin suavizantes ni lejía.