Llamas de color en el cielo
Es más fácil impresionarse por las auroras boreales que explicarlas, pero podemos intentarlo. Es un espectáculo fascinante que trae recuerdos, a los adultos, de los primeros descubrimientos, cuando eran niños.
Para ellos, para los niños, va la explicación de la formación de las auroras boreales.
En primer lugar hay que decir es que el sol nos envía viento. Viento solar. Y es una ráfaga de luz.
De esta luz, que llega como si fuera viento a la Tierra, una parte es atraída hacia el norte, y otra al sur. Algunas partículas de luz se desvían hacia los polos del planeta, y quedan atrapadas en una capa especial, que actúa de imán.
El contacto de la luz del sol, con los gases de la tierra (oxígeno y otros), producido por el magnetismo del norte y el sur, hace que reaccionen, y cambian de color durante unos minutos. Es como si pudiéramos pintar el aire de verde, rojo, azul y violeta.
Estrictamente hablando, la aurora boreal se da en el hemisferio norte (norte de América, de Europa y Asia), mientras que el acontecimiento en el hemisferio sur se denomina aurora austral. Son lo mismo.