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El importante papel de los abuelos

El importante papel de los abuelos

¿Qué haríamos si no estuvieran los abuelos? Esta pregunta retórica es una de las frases más usadas por muchos de vosotros, pues como padres sois conscientes de la importancia que tienen los abuelos tanto desde el punto de vista afectivo como para poder conciliar la vida laboral y familiar.  Su presencia permite compensar la falta de tiempo de los padres, que por sus obligaciones carecen en muchas ocasiones del tiempo suficiente para compartir, jugar o incluso hablar con sus hijos.

La convivencia con los abuelos reporta a los niños un equilibro y estabilidad necesarias, tanto por su carácter como por el tipo de actividad que llevan a cabo con sus nietos. Por regla general los padres suelen ser mucho más exigentes con sus hijos, en ocasiones excesivamente disciplinados con las conductas, deberes o la distribución de los tiempos, convirtiendo los deberes escolares  y las actividades extraescolares en las actividades importantes, en perjuicio del juego y las relaciones familiares.

En este último punto es donde el papel de los abuelos cobra vital importancia, siempre y cuando no se extralimiten en sus funciones y siempre bajo la supervisión de los padres. Además, hay estudios que aseguran que los niños que se crían con sus abuelos tienen menos riesgo de sufrir accidentes domésticos que los que acuden a un jardín de infancia o son cuidados por personas extrañas, si bien estas conclusiones siempre hay que relativizarlas antes de generalizar.

No obstante, es incuestionable la importancia y el rol que juegan los abuelos, con los que es muy importante que los niños mantenga un contacto periódico. A ellos también les puede ser muy beneficioso de cara a sentirse más jóvenes, estar acompañados, estar estimulados física y mentalmente y, por supuesto, reivindicarse como útiles. Y es el vínculo entre nietos y abuelos refuerza la autoestima de los mayores, paliándose la sensación de vacío y de inutilidad que muchas personas tienen cuando se jubilan o llegan a la vejez.

Bien es cierto que la jubilación no puede ni debe ser sustituida por la obligación diaria de cuidar a los nietos, sino que se trata de llegar a un acuerdo libre que les permita cuidar a sus niños y participar, junto a los padres, en aquellas actividades domésticas, escolares, deportivas y lúdicas con la que disfrutan los pequeños.

Se dice popularmente que los abuelos quieren a sus nietos más que a sus hijos. Pero no por ellos han de sustituirlos ni jugar un papel que no les pertoque, lo cual viene impuesto en muchas ocasiones por las necesidades familiares o económicas. El problema es cuando cuidar a los nietos se convierte en una obligación, lo que termina por convertirse en una carga que en ocasiones termina por no ser deseada ni querida.

Lo más importante es recordar siempre que padres y abuelos son figuras complementarias, ya que si los primeros suelen aportar las normas, disciplina, trabajo y límites; los segundos son expertos en dar ternura, tolerancia y tiempo a los niños. Y ambas vertientes son necesarias.