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¿Como puedo proteger a mis niños del sol?

¿Como puedo proteger a mis niños del sol?

En verano debemos ser especialmente cuidadosos con los rayos solares, pues tan solo unas cuantas quemaduras solares graves pueden aumentar el riesgo de que vuestro contraiga cáncer de piel en la edad adulta.  Las medidas de precaución no sólo debemos tomarlas  en la piscina o en la playa, como suele ser costumbre, sino siempre que los niños estén al aire libre, pues los rayos ultravioleta son muy fuertes y extraordinariamente dañinos desde junio hasta septiembre.

Todo ello con independencia de que nos salga un día fresco y nublado, ya que son los rayos UV, y no la temperatura, es lo que causa el daño. De hecho, las nubes no bloquean los rayos UV sino que los filtran, y a veces solo ligeramente. Recordaros también que la piel bronceada es, al fin y al cabo, piel lesionada. Cualquier cambio en la coloración de la piel de vuestro hijo después de haber estado al aire libre, ya sea por quemadura solar o bronceado, es una señal del daño causado por los rayos UV.

Ante todo ello, el mejor consejo que podemos daros es que tratéis de buscar  la sombra para vuestras actividades en el exterior, especialmente cerca del mediodía, cuando la radiación ultravioleta es más intensa y perjudicial. La  sombra de un árbol, una sombrilla o una carpa pueden ser una buena alternativa.

Otra solución es evitar que vuestros peques vayan total o parcialmente desnudos, y que escojáis prendas de vestir que  ayudan a protegerlo de los rayos ultravioleta.  En este sentido, es mucho mejor usar una camisa de manga larga y pantalones largos de tela de tejido cerrado, aunque una camiseta y pantalones cortos tipo bermuda  también son adecuados. No obstante, siempre es aconsejable  reforzar la protección con una crema protectora para niños.

Cremas solares

En cuanto a esta última, siempre debe aplicarse con un factor de protección solar o FPS de por lo menos 15, que proteja contra los rayos UVA y UVB. Para gozar de una máxima protección, hay que aplicarle al niño abundante crema al menos 30 minutos antes de salir al aire libre. Y no olvidar aplicárselo también en las orejas, nariz, labios y en la parte superior de los pies. Esta práctica habrá que repetirla durante el día, en particular después de que el niño haga ejercicio. Y si va a meterse en el agua (cosa fácil en esta época), habrá que ser precavido y seleccionar productos resistentes al agua.  Subrayar, al respecto de este tema, que el objetivo del filtro solar no es permitir que los niños pasen más tiempo de lo habitual al sol, sino que deben combinarse siempre con otras medidas de protección.

Los sombreros también nos pueden ser muy útiles en esta época del año. De hecho, estos accesorios cubren el rostro, la cabeza, las orejas y el cuello, son fáciles de usar y ofrecen una protección excelente.  Los niños suelen preferir las gorras de béisbol, pero éstas no protegen las orejas ni el cuello, por lo que siempre deberán ir acompañadas de un filtro solar.

Y si a los mayores nos aconsejan la utilización de gafas de sol, especialmente en verano, a los niños, también. Las gafas de sol protegen los ojos de los rayos ultravioleta, que con el tiempo pueden causar cataratas. Conviene, por tanto, buscar gafas de sol que protejan ambos cosgtados del rostro y que bloqueen casi el 100% de los rayos UVA y UVB.