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Cuentos sobre cuentas

Cuentos sobre cuentas

¿Es posible educar a nuestros hijos para que no sean derrochadores? Ahorrar es un hábito que puede fomentarse desde temprana edad. Y, en este sentido, los cuentos pueden ser un buen instrumento para hacer comprender a los más pequeños  cuáles son  los beneficios de gastar con moderación y saber guardar recursos para ocasiones venideras.

Según apuntan los expertos, contarles un cuento a vuestros hijos refuerza los mensajes que a lo largo del día hemos ido comunicándoles, además de subrayarles la adopción de algunos hábitos interesantes a través de historias de fantasía e imaginación que son más fáciles de comprender para ellos. De hecho,  el cuento se puede llegar a definir como una técnica educativa que puede ser dirigida a cualquier edad, según el tema, lenguaje, profundidad de conceptos y recursos geográficos.

Hablando de educación financiera, se deben combinar temas fáciles con extensiones cortas para lograr que el relato sea más comprensible y ameno. Cabe recordar que el niño dispone de nula o muy poca información previa, aplicándose el razonamiento una vez que el pequeño cuenta con esos datos. Es muy importante utilizar recursos prácticos que se dan en el hogar para complementar la enseñanza a través del cuento.

Por ejemplo, servirnos de costumbres bastante frecuentes como cuando utilizamos la tarjeta para sacar dinero, insertamos monedas en las tradicionales huchas, utilizamos pizarras para calcular operaciones sencillas de suma y resta, o vemos como la nevera o dispensa se llena o vacía co con el carro de la compra. Igualmente podemos recordarles escenarios como supermercados o tiendas de ropa para ejemplificar cómo y en qué nos gastamos el dinero, priorizando unas cosas sobre otras según dispongamos en cada momento de más o menos recursos.  Y es que, en muchos momentos de nuestra rutina diaria, aplicamos sin percatarnos conceptos básicos destinados la economía familiar, los cuales nos pueden ser de utilidad en la educación de nuestros hijos.

En suma, el cuento se considera un  buen recurso para hablar de finanzas con nuestros hijos, pues permite explicar y razonar con ellos, al pasar de la teoría a la práctica poniendo como ejemplo hábitos cotidianos. De esta forma, cuando sean mayores, seguramente cuadrarán mejor sus cuentas.