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La herpangina en niños

La herpangina en niños

Hay enfermedades en niños que por muy comunes que sean, no llegamos a reconocerlas por el nombre. Se nos escapan tantos problemas diferentes, posiblemente porque muchos sean pasajeros, y algunos compartan síntomas.

Amalia Arce es madre y pediatra. El otro día le preguntaron por la herpangina, y viendo que no había mucha información en Internet acerca de esta infección publicó lo que sabía de la enfermedad.

La herpangina, expone Amalia, se da en la faringe y las amígdalas y tiene un origen vírico (el causante se llama Coxsackie A, que tiene en el aparato digestivo su medio ambiente habitual).  Su transmisión sigue la vía fecal-oral.

Se reconoce la herpangina por desarrollar unas pequeñas ampollas redondeadas y amarillentas, acompañadas de un halo rojo, en la boca y la garganta (lo más común es verlas en el paladar blando, incluyendo los pilares amigdalinos). De romperse, pueden producir úlceras.

Según su experiencia, esto se da en niños incluso más pequeños de tres años, y hasta que llegan a los diez. Ahora bien, ¿qué efectos de comportamiento ayudan a identificarla? El niño tendrá dificultad y dolor al tragar, (con un probable rechazo a comer, como es normal). El malestar general, y la irritabilidad son otros efectos. Puede darse una adenopatía, una inflamación de ganglios linfáticos, en el cuello. Todo acompañado de fiebre.

El tratamiento indicado es un tratamiento de los síntomas: analgésicos como el paracetamol y el ibuprofeno. La dieta se basará en alimentos líquidos y no muy calientes. Los antibióticos no están recomendados.

No presenta complicaciones mayores que las molestias que comenta la pediatra, y el proceso solo dura unos días.

La vía de transmisión de enfermedades fecal-oral es habitual entre niños de edades como las que hemos comentado, siendo la puerta de complicaciones únicamente si el niño no mantiene una buena higiene. En general con que el niño se lave las manos después de utilizar el baño y los padres controlen los alimentos que ingiere, basta.

Lo hemos visto en el blog de Amalia Arce: «Diario de una mamá pediatra».