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Vigila lo que coge tu hijo: lo pequeño, también

Vigila lo que coge tu hijo: lo pequeño, también

Son incontables las veces que nuestros hijos cogen cualquier objeto o pieza pequeña para jugar o por simple curiosidad. Son precisamente éstas, por su tamaño, las que suelen entrañar un mayor riesgo porque el niño las puede ingerir con facilidad  o introducírselas en boca, oídos… provocando un alto riesgo de asfixia o perforación.

En este sentido, los objetos redondos y lisos son los que presentan el mayor riesgo. En concreto, son los niños de entre 4 y 36 meses de edad los que corren el mayor riesgo de asfixiarse con objetos huecos y cilíndricos que pueden ingerir y que provocarían la obstrucción de sus vías respiratorias. También está demostrado que los contenedores o envases poco profundos (de entre 6 y 11 milímetros) entrañan un gran riesgo de asfixia por succión.

En cuanto a los globos, su aparente inocencia los convierte en potencialmente peligrosos, hasta el punto de que en algunos países como Estados Unidos se han convertido en los objetos que más muerte por asfixia provocan.  Y es que, con el objetivo de hincharlo, es muy fácil que el pequeño succione el globo deshinchado cuando lo tenga en la boca y esté cogiendo aire, en cuyo caso quedaría alojado en su garganta impidiéndole respirar.

Más de lo mismo puede suceder con aquellos juguetes con imanes pequeños, los cuales pueden causar graves lesiones a los niños en caso de que los ingieran, al provocar un retorcimiento, anudamiento de los intestinos o incluso  una perforación o bloqueo de los mismos, hasta causarles la muerte.

Sin entrar a daros más detalles sobre la peligrosidad de estos pequeños objetos o piezas tan comunes, se recomienda que estéis pendientes de vuestros hijos mientras juegan con los mismos, y de forma esencial cuando se trate de globos.  Es muy importante que recojáis inmediatamente todas las piezas de globos rotos para ponerlas fuera de su alcance.

En cuanto a pilas u otros objetos lisos redondos (juguetes, canicas, imanes, pelotas pequeñas y monedas) será conveniente que el niño no se los encuentre por el suelo o que tenga fácil acceso a ellos a fin de evitar que se los puedan meter en la boca.

Habrá que prestar atención a los muñecos cuyos ojos o nariz tengan relleno, así como a las ruedas de coches y camiones, que deberán estar bien sujetas para que no puedan arrancarlos con facilidad. Y en cuanto a los objetos magnéticos, es fundamental que nos aseguremos de que los imanes no están a la vista o que están desprendidos para evitar también que se los introduzcan en la boca o en los oídos.