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Cómo proteger a tu hijo del mal tiempo

Cómo proteger a tu hijo del mal tiempo

El frío no termina de llegar a La Marina. Más bien al contrario. Pero lo que sí ha llegado y resulta molesto es el viento. Aunque como padres no le deis tanta importancia a sus efectos sobre vuestro hijo, el viento también obliga a tomar ciertas precauciones cuando salgáis con vuestro hijo a la calle, especialmente si se trata de un bebé. 
A continuación os ofrecemos una serie de recomendaciones: 
-Vigilar bien los cambios de temperatura: Cuando el niño se encuentre en casa, su habitación debe tener una temperatura que debe rondar los 20-22 grados. Hay que evitar en todo momento la sequedad ambiental, pero sin olvidarnos de mantener el hogar ventilado.
-La alimentación: Los alimentos siguen teniendo un papel clave a la hora de evitar que los niños se contagien de resfriados o gripes. Por ejemplo, si el niño es todavía muy pequeño y continúa en la etapa de lactancia materna, la composición de esta leche le protegerá frente a diversas enfermedades.
-Hidratar la piel: Es fundamental que los padres continúen cuidando y protegiendo la piel de los pequeños de los factores externos como el frío, el viento y, por supuesto, del sol en los meses de otoño e invierno. Y es que la piel de los niños, especialmente de los bebés, se caracteriza por su sensibilidad por lo que los padres deben mantenerla bien hidratada ya que un descenso de la humedad del aire en esta época del año produce sequedad en su piel que puede provocar irritaciones.
-No saltarse las vacunas: hay que seguir escrupulosamente el calendario de vacunas. Es en esta época, cuando empieza el año y estamos en pleno invierno,  cuando los niños son más vulnerables a padecer ciertas enfermedades respiratorias. Es  posible evitarlo con cuidados específicos y manteniendo actualizado el calendario de vacunas.
- Pasear, sí o sí: Hay que dar paseos con los niños, aunque haga frío, viento (a no ser, claro, que sean rachas huracanadas o muy molestas) o calor.  Las bajas temperaturas son a menudo una excusa, especialmente para los más pequeños; pero no deben ser un impedimento para salir a pasear con el pequeño.  Eso sí: debemos utilizar la ropa adecuada para abrigarle: gorro, bufanda, guantes…y proteger su piel de las posibles inclemencias del tiempo como el viento, un paseo a media tarde asegura que el niño reciba una dosis de luz natural y aire fresco.