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Consejos básicos para educar a tu hijo (II)

Consejos básicos para educar a tu hijo (II)

En un post anterior la Guía Xiquets os avanzaba algunos consejos básicos en la educación de vuestros hijos. No se trata de normas de obligado cumplimiento ni de consignas irrefutables. Simplemente os ofrecemos unas pautas que os pueden ayudar en la formación de vuestros pequeños, contribuyendo al mismo tiempo a mejorar la relación que mantenéis con ellos:

 

-Dejarle experimentar aunque se equivoque

La mejor manera para que los niños exploren el mundo es permitirles que ellos mismos experimenten las cosas. Y si se equivocan, los padrés tenéis que estar ahí para cuidar de ellos física y emocionalmente; pero siempre marcando algunos límites. Recordad que la sobreprotección puede perjudicarle porque caemos en el riesgo de disminuir su capacidad de enfrentarse a las cosas, de buscar solución por ellos mismos a los problemas y, en definitiva, mercar su capacidad como personas cada vez más autónomas. Por ejemplo,  si cada vez que se cae o se da un golpe, por pequeño que sea, corremos alarmados a auxiliarle, estaremos animándole a la queja y acostumbrándole al consuelo continuo.

 

-Reconocer nuestras propias equivocaciones

Todo el mundo se equivoca y tiene derecho a hacerlo. Y ello no significa er mal padre. Ahora bien: lo importante es reconocer los errores y utilizarlos como fuente de aprendizaje. Una frase sencilla como “perdona cariño”, “el papá o la mamá también  se equivocan”, puede reforzar su buen comportamiento y os ayudará, al mismo tiempo, a sentirnos bien.

 

-Los niños también tienen emociones

A veces pensamos que solo nosotros nos sentimos contrariados y que los niños tienen que estar todo el día felices. Pero también tienen preocupaciones. Su mundo emocional es igual o más complejo que el nuestro. Por eso conviene dar importancia a sus emociones y ser conscientes de ellas. Debéis ayudar a vuestro hijo a poner nombre y apellido a lo que experimenta y siente.

 

-La importancia de reforzar las cosas buenas

Está comprobado que los refuerzos positivos como gestos de cariño, estímulos, recompensas… resultan más eficaces a la hora de educar que los castigos. Por eso siempre os recomendamos que les déis apoyo afectivo y dejéis que sean vuestros hijos quienes, según sus propias capacidades, resuelva los problemas.

Los niños son muy sensibles y calificativos como “tonto” o “malo” les hacen mucho daño y pueden afectar de modo negativo a la valoración que tienen de ellos mismos. Por tanto, hay que ser generosos con todo aquello que les hace sentirse valiosos y queridos. Y es que tan importante como rectificar sus malas conductas es reconocer y reforzar las buenas.

-No comparar ni descalificar

Hay que eliminar frases como “Aprende de tu hermano”, “¿Cuándo vas a llegar a ser tan responsable como tu prima?” o “Eres tan quejica como ese niño del parque”. No conviene generalizar y debemos prescindir de expresiones como “siempre estás pegando a tu hermana”  o “nunca haces caso”. Seguro que hace muchas cosas bien, aunque últimamente no se esté aplicando. Cada niño es único, no todos actúan al mismo ritmo y de la misma manera.